Las
películas basadas en videojuegos nunca han tenido una buena reputación,
usualmente variando en calidad de “muy mala” a “podría ser peor”. Rampage: Devastación trata de romper con
esta “maldición”, si lo ha logrado o no es algo que cada quien tendrá que
deliberar por su propia cuenta, pero lo que no creo que se pueda discutir es
que, aunque no deja de ser “una más” dentro de la amplia gama de películas de
acción hollywoodense, al menos resulta una experiencia divertida.
En Rampage: Devastación veremos a un
especialista en fauna tratar de detener a un grupo de animales gigantes. Davis
Okoye (Dwayne Johnson) es un especialista que trabaja en un refugio para la
vida salvaje en San Diego, donde uno de sus mejores amigos es un gorila alvino
llamado George. Cuando una extraña sustancia llega a la tierra, George empieza
a mutar de manera impredecible, algo que ha sucedido también en otras partes
del país y afectado a otros animales. Con los animales mutados creciendo cada
vez más rápido y volviéndose más y más agresivos, Davis deberá encontrar la
forma de revertir las mutaciones y así evitar que George sea asesinado por el
ejército.
Pueden no
estar de acuerdo conmigo pero lo quieran aceptar o no, hay que reconocer que
“La Roca” no es un buen actor PERO de que el tipo resulta carismático, creo que
eso no se puede negar, digo, no por nada parece ser el protagonista del 80% de
películas de acción gringas. Como protagonista en Rampage, Dwayne Johnson hace exactamente lo mismo que en TOOOOODAS
sus otras películas, es decir, ser medianamente gracioso, decir una que otra
frase ridícula de “macho machote” y hacer que su personaje sea capaz de
sobrevivir a cualquier cosa menor a una explosión nuclear, así que no resulta
ninguna sorpresa que esto es lo que nos presenta el “actor” en Rampage.
Es evidente
que la cinta toma mucha “inspiración” de otras películas sobre mostraos
gigantes atacando ciudades, lo cual no es ningún crimen (Guillermo del Toro
hizo exactamente eso una vez y resulto en una de mis películas favoritas de
todos los tiempos), pero el ritmo de la trama, los personajes y hasta uno que
otro giro en la historia son demasiado similares a la versión gringa de
Godzilla de 1998. No me atrevería a llamar el guion de Rampage como un plagio, pero las similitudes son demasiadas como
para ignorarlas.
La primera
mitad de la cinta no podría ser más convencional ni aunque lo intentara, lo
cual no es malo por sí mismo, pero no deja de ser lo mismo que se podría
esperar de cualquier otra película de acción, nada innovador pero al menos
moderadamente entretenido. Lo verdaderamente interesante viene en el último
acto del filme, el cual se convierte totalmente en una película de desastre protagonizada
por monstruos gigantes, lo cual tampoco puede llamarse el pináculo de la
originalidad, pero resulta en algo extraordinariamente entretenido. Es durante
el clímax de la cinta cuando se echa toda la carne al asador, haciendo un
derroche de efectos especiales, dando como resultado una serie de secuencias
tan entretenidas que casi logra hacernos olvidar de lo convencional y
predecible que resulta el resto de la película.
Creo que el
poder disfrutar de esta película o no dependerá completamente de las
expectativas que lleven al entrar al cine. Si buscan ver un filme de acción
innovador e inteligente, definitivamente se equivocaron de película, pero si
sus aspiraciones no van más allá de pasar el rato con una entretenida cinta de acción,
Rampage: Devastación los dejara con
un buen sabor de boca. El último acto de la cinta es lo suficientemente
entretenido como para justificar el boleto de entrada al, pero tampoco vuelve a
la película una visita obligada al cine. Si no tiene nada que hacer, Rampage: Devastación lograra
entretenerlos por un rato.
Rampage:
Devastación: 3/5. Buena.
Mejor que:
Godzilla (1998), Titanes del Pacífico: La Insurrección (2018), Terremoto: La
Falla de San Andrés (2015).
No tan buena
como: Titanes del Pacífico (2013), Jumanji: En la Selva (2017).
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