No me
importa si al decir esto pierdo por completo su respeto (de todos modos creo
que nunca lo he tenido): AMO Titanes del
Pacífico, fácilmente una de mis películas favoritas de todos los tiempos.
No voy a decir que la primera película sea una obra maestra del cine, pero de
que lo considero un “clásico moderno” del entretenimiento, eso se los puedo
poner por escrito si quieren. Es por esto que Titanes del Pacífico: La Insurrección tiene la difícil tarea de
seguir con el legado de una excelente película, y aunque me duela decirlo,
aunque esta secuela sí llega a ser bastante entretenida, se queda muy, MUY
corta en comparación con su predecesora.
En Titanes del Pacífico: La Insurrección
veremos a un grupo de pilotos manejando robots gigantes que pelean con enormes monstruo,
y a final de cuentas ¿Qué no es precisamente eso lo que hace que valga la pena
estar vivo? Han pasado diez años desde la última batalla contra los Kaiju, y
aunque el mundo se encuentra en relativa calma, la humanidad no ha bájalo la
guardia y ha continuado con la construcción de robots gigantes conocidos como
Jaeger, por si algún día la amenaza Kaiju regresa. Mientras nuevos candidatos
se unen al programa Jaeger, un misterioso robot rebelde aparece y ataca Sídney,
Australia, lo cual será el primer paso de un intrincado plan de un misterioso y
peligroso nuevo enemigo.
Lo reconozco,
el atractivo principal de la primera Titanes
del Pacífico es ver pelear robots gigantes contra monstruos colosales, tal
vez no sea lo más intelectualmente estimulante en este planeta, pero pocas
cosas son más divertidas que eso. Aun así la película lograba mantener tu atención
con lo simple de su premisa: los humanos deben ganarle a los monstruos, una
trama demasiado sencilla pero que desde el inicio le da a los personajes un
objetivo claro, algo que no sucede en La Insurrección.
Hay dos tramas principales, la de los nuevos reclutas y la del enemigo
misteriosos, y aunque en teoría son buenos puntos de partida para contarnos una
buena historia, ninguna de las dos tramas resulta verdaderamente interesante.
La trama de
los cadetes es la clásica historia de “el nuevo “ (en este caso “LA nueva”) que
debe probar su valía a sus superiores, y si han visto cualquier película sobre
milicia de ciencia ficción, ya saben cómo termina esa historia. Por el otro
lado, la historia del antagonista misterioso nunca llega a despertar la
curiosidad del espectador, y de hecho esa trama se sabotea a si misma mostrándonos
la identidad del villano a media película, solo para más tarde volver a hacerlo
y esperar que resulte una revelación inesperada, lo cual definitivamente no es.
Es como si le avisaras a alguien que le vas a hacer una fiesta sorpresa ¿Qué no
avisar mata instantáneamente el factor sorpresa?
Pero bueno,
si la historia es débil ¿Qué hay de los efectos especiales? A eso es a lo que
venimos a final de cuentas. Las peleas son entretenidas y se ven bastante bien…
siempre y cuando no haya personajes humanos en escena. Este es un detalle que también
ocurría en la primera cinta, pero por alguna razón se ve más acentuado en esta
secuela, las escenas que involucran a civiles junto a los enormes figuras
hechas por computadora se ven mal, muy poco creíbles, como si ambos objetos no
se encontraran en el mismo espacio físico, lo cual evidentemente es el caso,
pero que debido a la composición de estas escenas hace que se rompa la ilusión de
realismo, aunque bueno, el realismo no es precisamente una prioridad en una película
de robots gigantes.
Lo que hay
que contestar aquí es ¿Titanes del Pacífico:
La Insurrección vale la pena? Creo que la respuesta depende de que esperen
de la cinta. Si quieren ver a personajes interesantes en una dramática historia
para salvar a la humanidad, lamento decir que no lo verán aquí; por otro lado, si
lo único que quieren es ver a monigotes gigantes golpeándose unos a otros en la
cara, La Insurrección cumple con ese
trabajo, y disfrutar de este tipo de acción infantil y sin sentido es la misma definición
de la felicidad, por lo menos para mí. Voy a ser honestos, mis gustos personales me hicieron disfrutar mucho
de Titanes del Pacífico: La Insurrección,
pero pienso que si no se tiene ese gusto adquirido por robots gigantes o la
ciencia ficción en general, La Insurrección
no es más que una de tantas películas de acción. Titanes del Pacífico: La Insurrección es buena para los fans de la
ciencia ficción y/o fantasía, pero si no cuentan con ese gusto, mejor vean la
primera película, que es capaz de entretener a cualquiera y que es mucho mejor
que la secuela.
Titanes del
Pacífico: La Insurrección: 2/5. Meh.
Mejor que: Cualquiera de las películas de Transformers (2007 -2017)
No tan buena
como: Titanes del Pacífico (2013)
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