Hasta cuando
mete la pata Pixar sigue siendo el mejor en cuanto animación por computadora se
refiere. Antes de que me linchen, no, no estoy diciendo que Coco sea un mal paso por parte de Pixar,
al contrario, esta película se suma al impresionante repertorio de aciertos por
parte de esta compañía de animación, lo único que trato de expresar es que el
hecho de que Coco sea una muy buena película
es tan sorprendente e inesperado como decir que el agua es húmeda.
En Coco veremos la increíble aventura de un
niño en el reino de los muertos. Miguel es un niño que tiene el sueño de
convertirse en un gran músico, algo que, debido a un turbio pasado, es visto
con malos ojos por su familia. Desesperado por probar su talento como artista,
Miguel trata de usar una guitarra que perteneció al famoso cantante Ernesto de
la Cruz, lo cual será el primer paso en una gran aventura que lo lleva al reino
de los muertos, lugar donde se encontrará con sus familiares difuntos. Con la conexión
entre el mundo de los vivos y los muertos debilitándose mientras que el día de
muertos llega a su fin, Miguel deberá encontrar una manera de regresar a su
mundo y convertirse en un músico famoso.
Tal vez sea
demasiado obvio, pero evidentemente el atractivo visual más sobresaliente de Coco es su uso de la estética y
tradiciones meramente mexicanas. Tal vez haya a quien le moleste esta imagen un
tanto estereotipada del pequeño pueblo rural mexicano, pero lo que sea de cada
quien, esta imagen se siente más como un homenaje a este tipo de escenarios y
no una burla o parodia del mismo, dándonos varias situaciones que no dejan de
sentirse muy familiares y graciosas, como la abuela que le da mucho de comer a su
nieto o el terror que provoca en el corazón de todo mexicano una chancla arrojada
por una figura materna. Estos escenarios de folclor mexicano se extienden también
en su interpretación del mundo de los muertos, un escenario divertido y con estética
sacada de la época de oro del cine mexicano que, unido al colorido característico
de las festividades de día de muertos, nos dan un trasfondo muy agradable a la
vista.
No sé enojen
conmigo por decirlo, pero la historia no es demasiado original que digamos,
siendo la típica aventura de un joven en un mundo fantástico y desconocido,
pero eso sí, lo colorido del escenario, junto con un reparto de personajes entrañables
y una serie de situaciones divertidas hacen que uno pueda pasar por alto la no
muy original historia, y de nuevo, no estoy diciendo que la trama sea mala,
solo digo que no es demasiado innovadora (solo quiero que eso queda claro para
evitar que alguien me mate mientras duermo). Hay algo que si empieza a darme
mala espina, desafortunadamente hablar de ese “algo” arruinaría un giro importante
de la historia, pero sin dar demasiados detalles, es un giro que empieza a volverse
un tanto común en películas de Disney, uno que empezó como una subversión a las
expectativas del espectador pero que, irónicamente, entre más se utiliza en
este tipo de historias, más se corre el riesgo que este tipo de revelaciones argumentales
se conviertan en un cliché en sí mismo.
Las únicas “quejas”
que tengo con Coco (si es que se les
puede llamar así), es el uso que se hace de ciertas personalidades bastante icónicas
en el ámbito nacional, como por ejemplo el hecho de que personajes famosos de
la vida real como Frida Kahlo aparezcan en la película como personajes
secundarios, lo cual no creo que tenga nada de malo y hecho ayuda a cimentar aún
más firmemente la identidad mexicana de la historia PERO, y aunque no soy
precisamente fan de la santa patrona de las “únicas y diferentes”, sí me
preocupa un poco que esto sea el primer
paso para convertir la identidad e historia de nuestro país en un producto más
que tengamos que comprar en una tienda de Disney.
Tal vez sea
un poco triste que una compañía extranjera sea la que tenga que darnos una película
de animación con un distintivo sabor a México, pero por otro lado el hecho de
que esa compañía sea Pixar, debatiblemente la mejor en su ramo, es algo de lo
que no puedo quejarme, ya que se utiliza esta identidad del día de muertos de
manera respetuosa y elegante. No voy a mentir, a pesar de que sueno demasiado
duro con esta película, debo reconocer que es sorprendente en muchos sentidos y
definitivamente es de las mejores del año ¿Para qué negarlo? Coco es divertida y muy conmovedora,
pero no, el final no me hizo llorar, lo que pasa es que se me metió una
basurita al ojo y por eso estaba lagrimeando, esa es mi historia y me apegaré a
ella. Dejando las bromas a un lado Coco es
una excelente película que no se pueden perder.
Coco: 4/5.
Muy Buena.
Mejor que: Un
Gran Dinosaurio (2015), Buscando a Dory (2016), Cars 3 (2017).
No tan
buena: Intensa Mente (2015), El Libro de la Vida (2014).
Esa última
no es de Pixar, pero el hecho de que ambas sean historias sobre el día de
muertos hace que la comparación sea inevitable, pero no se confundan, Coco NO es una copia de El Libro de la Vida como en un principio
creí que sería, amabas son cintas muy diferentes y mi predilección por El Libro de la Vida es más que nada
porque se inclina mucho más hacia la comedia.
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