La fascinación
por los zombis parece no tener fronteras, y aunque ya he repetido muchas veces
que estoy cansado de verlos hasta en la sopa, no voy a negar que me causa
curiosidad ver el tipo interpretación que este tipo de historias pueden tener
fuera del acostumbrado cine hollywoodense, como es en esta ocasión Soy Héroe (I Am a Hero), película japonesa sobre el “típico” escenario de un
apocalipsis zombi.
En Soy Héroe veremos la desesperada lucha
de un joven por sobrevivir a una
misteriosa y mortal plaga. Hideo Suzuki (Yo Oizumu) es un joven que parece no
tener suerte en la vida. Atrapado en una relación poco satisfactoria, un
trabajo mal pagado y un sueño frustrado por ser dibujante de manga, la vida de
Hideo parece no poder ser peor, situación que empeora aún más cuando un extraño
virus comienza a afectar a la gente de la ciudad, convirtiéndolos en
hambrientos monstruos que buscan devorar carne humana. Haciendo todo lo posible
por mantenerse con vida, Hideo se dirige al monte Fuji , el único lugar que
aparentemente sigue siendo seguro en Japón.
Lo que llama
más la atención en Soy Héroe es la
propia interpretación que se hace de la figura del zombi. El maquillaje y los
efectos especiales hacen que mucho de los muertos viviente que vemos en
pantalla sean verdaderamente escalofriantes, el problema, si es que en verdad
se le puede considerar como tal, es que muchas veces la cámara se enfoca mucho
tiempo en estos personajes, dejándonos ver el en ocasiones exagerado trabajo de
maquillaje que, aunque es bastante bueno, entre más tiempo lo vemos en pantalla
más falso se ve, rompiendo con esto un poco la ilusión de que los personajes se
enfrentan a monstruos peligrosos y no a simples extras con mascara y
maquillaje.
La película
se enfoca en las andanzas del protagonista por sobrevivir, y aunque no resulte
un camino que ya hayamos recorrido antes en producciones similares, la trama
logra darnos un par de sorpresas que logran mantener la atención del público y
haciendo avanzar la historia pero que en más de una ocasión la propia película
no explica en lo absoluto, algo que podrá ser frustrante para algunos.
Llegando a
la mitad del filme, la influencia del trabajo del afamado George A. Romero se
vuelve más que evidente, haciendo que la cinta prácticamente se convierta en la
versión nipona de El Amanecer de los
Muertos (Dawn of the Dead), utilizando el también ya trillado escenario de
un grupo de sobrevivientes atrapados en un centro comercial. El paralelo con la
obra de Romero no se limita al escenario sino también a la temática. Soy Héroe inyecta una dosis de humor a
lo que en teoría es una situación espantosa, además de incluir crítica social
no muy sutil que digamos.
Tal vez
suene decepcionante pero aparentemente el cine japonés de zombis es casi igual
al norteamericano, exceptuando por los actores asiáticos y las localidades
donde se desarrolla la historia. La influencia de Romera se deja ver
plenamente, pero la película logra producir un par de ideas interesantes que,
aunque no son increíblemente innovadoras, por lo menos evitan que la producción
se convierta por completo en “pan con lo mismo”. La película es entretenida, y
aunque el final se acerca peligrosamente al reino de la parodia, es línea no se
cruza por completo, convirtiendo el desenlace en algo emocionante, divertido, gracioso
y hasta escalofriante, todo al mismo tiempo. Soy Héroe no es nada realmente nuevo, pero no deja de ser una
entretenida entrega del tan sobre explotado genero de los muertos vivientes.
Soy Héroe (I
am a Hero): 3/5. Buena.
Si te gustó,
considera ver: Zombrex: Dead Rising Sun (2010)
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