Pueden
mentirse a si mismos todo lo que quieran pero creo que absolutamente todos en algún
momento u otro hemos cometido el “crimen” de perder el tiempo con videos tiernos
y/o graciosos de animales, creo que eso es lo más cercano que alguna vez existirá
a ser un entretenimiento verdaderamente universal, sin embargo parte de la “magia”
de este particular pasatiempo es que, aunque podamos perder horas completas en
ello, cada video es autocontenido, extraordinariamente corto y carente de un hilo narrativo, lo cual lo
convierte en algo muy fácil de disfrutar y abandonar rápidamente, es precisamente
esto lo que convierte a La Razón de Estar
Contigo en una muy mala película ya que, en esencia, la cinta puede considerarse
como un video tierno de perritos que se extiende 95 minutos más de lo que debería.
En La Razón de Estar Contigo veremos la
historia de un perro y su mejor amigo humano. Desde que nació, el cachorro Bailey
se ha preguntado cuál es su propósito en la vida, respuesta que aparentemente
encuentra al ser adoptado por Ethan. Tras una feliz vida junto a Ethan, Bailey
muere pero para sorpresa del tierno cuadrúpedo se ve reencarnado en otro perro.
Aun con sus dudas existenciales, Bailey deberá encontrar su razón de existir a
lo largo de varias vidas perrunas y, más importante aún, reencontrarse con su
amigo Ethan.
Déjenme
ahorrarles tiempo y afirmarles que tienen razón, soy un pinche amargado por no
disfrutar una tierna película sobre la vida de un perro, pero lo que tenemos en
La Razón de Estar Contigo a duras
penas puede considerarse una película. La cinta nos cuenta tres historias
diferentes, cada una más aburrida y trillada que la anterior cuya única conexión
es el dichoso perro y sus reencarnaciones en diferentes razas de perros a lo
largo del tiempo.
La “gracia”
de las diversas historias que presenta el filme es que siempre son narradas
desde el punto de vista del perro, lo cual hace mediante la narración del
tierno animal durante toda la película, utilizando diálogos que cumplen con su
objetivo de ser tiernos y arrancar uno que otro “¡Ahhh!” del público pero que,
por lo menos para mí, se volvieron tediosos y absurdamente condescendientes a
los cinco minutos. De vez en cuando la trama intenta darnos situaciones más
delicadas que ver a un niño jugando su tierna mascota, pero estas escenas rápidamente
se hacen a un lado para volver a la más fácil y repetitiva trama del perrito.
En verdad no
hay mucho que decir sobre La Razón de
Estar Contigo. Tal vez sea culpa mía por esperar ver algo más que un video
de YouTube sobre animales tiernos, pero en mi opinión no creo que haya ningún motivo
para ver esta película ya que pueden conseguir el mismo resultado en un par de
segundos en una búsqueda por internet. Voy a ser sincero con ustedes, pienso
que la única razón de existir para este filme es tratar de consolar a un niño
que ha perdido a su mascota y cuyos
padres intentan tranquilizar consiguiéndole un nuevo compañero canino, tratando
desesperadamente de convencerlo de que su nuevo perro no es un animal diferente
sino la reencarnación de su mascota anterior; es como querer convencer a un
niño que Santa Claus existe a sabiendas de que todo adulto conoce la verdad:
Que los que verdaderamente traen los regalos son Los Reyes Magos (¡Abran los
ojos niños! ¡No se dejen engañar!) ¿La película es mala? Sí, como filme
indudablemente lo es, como una distracción para los amantes de los animales
resulta algo completamente inútil, cierto, pero igualmente inofensivo.
La Razón de
Estar Contigo: 1/5. Mala.
Mejor que:
El Perro que Salvo la Navidad (2009), Mi Papá es un Gato (2016).
No tan buena
como: Mira Quién Ladra (1991), Mira Quién Habla Ahora (1993), Todos los Perros
Van al Cielo (1989), Las Aventuras de Milo y Otis (1986) Esa última es muy
entretenida… siempre y cuando seas capaz de ignorar los grotescos niveles de
abuso animal que se dieron durante la filmación.
Comentarios