Así como no
se deba juzgar a un libro por su portada, no hay que juzgar una película por su
trailer, lo cual es más difícil hacer que decir. No creo que en la industria
del cine exista algo más engañoso y poco confiable que un trailer ya que esa
herramienta de mercadotecnia puede ser usada para vendernos películas malas con
excelentes trailers (*COF* Escuadrón Suicida *COF*) y en algunos casos logra esconder buenas películas
con trailers malos o por lo menos nada impresionantes, por ejemplo, si me
hubiera guiado por el trailer de El Club
de las Madres Rebeldes pensaría que se trata de una de tantas comedias que “trata
con demasiada fuerza” con su humor y que falla miserablemente, pero esa primera
impresión estaría bastante errada ya que, aunque la película no es para todo el
mundo, definitivamente es una comedia bastante divertida.
En El Club de las Madres Rebeldes veremos las desventuras de un
grupo de mujeres que tienen que lidiar con los descomunales retos que implica
la maternidad. Amy Mitchell (Mila Kunis) es una joven mamá que hace todo lo que
puede por darles la mejor vida posible a sus hijos, al mismo tiempo que debe
esforzarse en un trabajo donde no es del todo apreciada y por si fuera poco también
tiene que tratar con un esposo egoísta. Tras un muy mal día, Amy decide que la presión
laboral, personal y social son demasiado para ella, por lo que decide mandar
todo al diablo y no tomarse todo tan en serio aunque esto la convierta ante los
ojos de los demás en una “mala madre”.
Mila Kunis
es un caso curioso ya que, aunque no se podría considerar una comediante como
tal, su trabajo de actriz es mucho mejor cuando se utiliza en una comedia
(todos recordamos el desastre que se vuelve cuando trata con papeles más “serios”),
aun con esto no creo que Kunis sea capaz de soportar una producción por si sola
y por suerte en El Club de las Madres
Rebeldes no debe de hacerlo ya que cuenta con un extraordinario reparto.
Puede que la gran mayoría de personajes de apoyo caigan en ciertos estereotipos
(sobre todo la antagonista) pero el humor logra centrarse precisamente en la interacción
entre personajes, tanto el choque como la complementación de personalidades tan
diferentes y, al mismo tiempo, todas con el hilo conductor de la maternidad y
las distintas formas en que cada una de ellas maneja tal faceta de su vida.
El humor
puede caer fuera de lo que usualmente se ve en una “chick flick” pero es precisamente
esto lo que distingue a la película del resto. La cinta no teme rayar en lo vulgar
y lo ofensivo pero al mismo tiempo nunca cruza esa línea, lo cual en mi opinión
es un gran acierto. Muchas otras “comedias” piensan que el ser ofensivo es
suficiente para hacer reír, lo cual no es ni remotamente cierto, y por suerte El Club de las Madres Rebeldes tiene
esto en mente todo el tiempo y no utiliza este recurso. Sí, el filme hace
referencias sobre drogas, alcohol y sexo pero no con el fin de provocar “shock”
al espectador sino de hacerlo reír con las divertidas situaciones que todas
esas situaciones implican.
Si he de
encontrar un “negrito en el arroz” (y ese es más o menos el punto de una
crítica) es que la historia en sí misma es bastante convencional. La trama se
presenta y se desarrolla como una típica “sitcom”, donde la resolución a cada
problema puede llegar a ser predecible y al final se reestablece cierto status
quo, sobre todo en un final desmedidamente feliz, lo cual no tiene nada de malo.
Sólo un amargado como yo podría contar un final feliz como algo malo, pero en
realidad el desenlace no demerita en nada a la trama ni al humor de la cinta y
eso es lo más importante.
Tengo que
darle muchísimo crédito a esta película tomando en cuenta que yo no soy NI DE
CERCA el público objetivo que intenta alcanzar y aun así no solamente pudo
mantener mi interés sino que también logro hacerme reír bastante. Otro aspecto
que debo aplaudir al filme es que, a diferencia de muchas otras películas “Chick
Flicks”, nunca se vuelve condescendiente con su tema, tal vez en ocasiones se
acerca mucho a lo “tierno” pero nunca cae en el territorio de lo desmedidamente
meloso (tal vez con excepción de los créditos finales). El Club de las Madres Rebeldes es una comedia que aplaude y al
mismo tiempo satiriza lo que implica la maternidad y al hacerlo logra un balance
bastante agradable entre ambas perspectivas. Definitivamente vale la pena ver
esta película en el cine, diría que acompañado de sus madres (sin albur), pero eso
depende completamente de que tan a gusto se sientan en ver una película con
humor un tanto subido de tono junto a la mujer que los trajo al mundo.
El Club de
las Madres Rebeldes: 3/5. Buena.
Mejor que: Día
de las Madres (2016), Cómo ser Soltera (2016).
No tan buena
como: Chicas Pesadas (2004).
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