Dentro de
los medios de entretenimiento audiovisual existen dos que destacan un poco más
que el resto: La televisión y el cine. En estos medios se pueden contar muchos
tipos de historias, uno que resulta bastante popular son las historias
policiacas. En historias de este corte, sobre todo en la televisión actual, se
cuentan eventos de dos grupos separados pero igualmente importantes, los policías
que investigan los delitos y los abogados que procesan a los criminales. Esta
no es una de esas historias. Esta es una película donde Keanu Reeves finge ser
un abogado, una cinta con título mal traducido llamada El Abogado del Mal. (TU TUMP)
En El Abogado del Mal veremos la batalla jurídica
que debe librar un abogado para tratar de exonerar a su cliente. Mike Lassiter (Gabriel
Basso), un joven de 17 años, ha sido acusado del asesinato de su propio padre,
lo más grave del caso es que se ha declarado culpable. Ahora el abogado defensor,
Richard Ramsay (Keanu Reeves), deberá hacer todo lo posible por demostrar la inocencia de su cliente a pesar
de que él mismo no está seguro de que esa sea la verdad del caso.
La lista de
elementos destacables en El Abogado del
Mal empieza y termina con Keanu Reeves. No es que el actor haga un papel
espectacular, de hecho es lo contrario, dándonos una interpretación cansada y
un tanto aburrida incluso para los estándares de Neo que, seamos honestos,
nunca se ha caracterizado como un actor demasiado interesante o emocional que
digamos. La razón de que Reeves sea lo más destacable de la producción es
simplemente por la fama del actor y nada más.
La historia
cuenta con algunos giros, no todos de ellos inesperados, y trata de mantener al
espectador interesado en un misterio que desafortunadamente no es muy
interesante que digamos. Algo que tampoco ayuda mucho al caso son las
actuaciones de todo el reparto, con excepción de Gugu Mbatha-Raw, que parece
ser la única actriz con el más remoto interés en darnos un personaje
interesante. De hecho la historia de este personaje se menciona muy rápida y
brevemente, y esa pequeña trama suena mucho más interesante que la historia
principal que nos presenta la propia película.
No hay mucho
que decir sobre El Abogado del Mal.
La película no puede considerarse mala ya que es competente a secas. El
problema radica en que el filme no nos da un solo elemento destacable, por lo
que termina pareciendo como un capítulo a medio acabar de La Ley y el Orden. Como diría el gran pensador contemporáneo Homero
(Simpson): “¿Por qué pagar por algo que puedes ver gratis en la tele?”
El Abogado
del Mal: 2/5.
No tan buena
como: El Abogado del Diablo (1997), La Raíz del Miedo (1996), Cuestión de Honor
(1992).
Mejor que:
Dios No Está Muerto 2 (2016) Golpe bajo, lo sé, pero verdaderamente es la única
película de drama jurídico que es peor que cualquier otra que haya visto hasta
la fecha.
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