La historia de Glory Morning inicia como toda buena historia: con una tragedia, pero no de aquellas que te harán llorar por el resto de la película haciéndote terminar con el rollo de papel de baño o la caja de pañuelos desechables, sino con un tipo de tragedia te hará reír todo el tiempo y hacerte preguntar Sí tú hubieras podido hacer lo mismo en algún momento de tu vida.

Y es que para Becky Fuller, una joven productora de una revista televisiva local de New Jersey, el que se supone sería el mejor día de su vida se convierte en el peor al ser despedida de su puesto por la llegada de alguien más preparado que ella, pero la joven, lejos de derrotarse lo ve como el siguiente paso a seguir a pesar de que todos consideran que es el final de su carrera.

Así es como inicia un nuevo camino para Becky que la llevara a las puertas de la IBC, en donde le pondrán el reto más grande de su vida y posiblemente el último y ese será el de dirigir el programa matutino de dicha empresa que se conoce como Day Break, el cuál hasta el momento siempre ha estado en el último lugar de los ratings.

Para su mala suerte su primer día Becky despedirá al anfitrión masculino por ser un patán, (por llamarlo menos) por lo que no sólo tendrá que levantar un programa casi muerto y encontrar a un nuevo anfitrión, lo cual no sólo será difícil sino casi imposible porque no cuenta con los recursos para poder contratar a otro.

Sin embargo, Becky se encontrará con Mike Pomeran, un reportero ganador de todo lo que un miembro de ese gremio puede ganar pero que a pesar de ello esta caído en desgracia, estancado en un lugar que no quiero y enormemente amargado, por lo que Becky intentara tener a Mike para su programa.

Al final logrará tener al reportero consagrado para ella pero eso sólo será el inició de un camino cuesta arriba para salvar Day Break, tratar de tener una relación amorosa y ganarse el respeto de todos los miembros de su producción y sus directivos que en ningún momento han confiando en ella.

Pero Becky nunca dejara de sonreír, echarle ganas y tener confianza en sí misma para tratar de conseguir las cosas para que fue contratada, no si antes encontrarse con una encrucijada más y esa está relacionada con poder obtener el trabajo más deseado de su vida o quedarse a cosechar lo poco o mucho que ha sembrado.

Decirles que antes de escribir estas líneas me puse a investigar algo sobre su escritora, la oriunda de New Jersey: Aline Brosh McKenna, la cual también es la adaptadora de otra película relacionada con otra joven periodista que literalmente hace un trato con el diablo para conseguir abrirse paso en el mundo editorial de la moda en The Devil Wears Prada.

Lo anterior lo hice tratando de buscar algún indicio de que ella hubiera pasado por algo similar a lo que refleja en ambas películas, sin embargo no encontré mucho, tan sólo que se graduó de Harvard como publicista y que tomó un curso de guionismo en la Universidad de New York, por lo que quiero suponer que ella nunca paso por lo que pasaron sus dos protagonistas principales.

Pero lo haya vivido o no, eso es lo de menos porque después de todo Glory Morning es una de esas películas que vale mucho la pena ver porque si estás triste te ayudara a levantarte el ánimo y en caso de no estarlo te alegrara mucho el día y te hará pensar si tu serias capaz de lograr tus sueños como lo hizo Becky Fuller.