Puede que
solo sea producto de mi enferma y paranoica mentecilla, pero se me hace
demasiado conveniente después del estreno de La La Land, (una película muy bien recibida por prácticamente todo
el mundo) un año después, más o menos por las mismas fechas, tengamos ahora El Gran Showman. Si me preguntan, yo
diría que este patrón muestra el plan secreto de Hollywood para hacer que las
masas se vuelvan fans de las películas musicales, pero para bien o para mal,
aunque El Gran Showman es
entretenida, carece de un encanto que la haga verdaderamente memorable.
En El Gran Showman veremos la historia de
un hombre que se abre paso en el mundo de la farándula. Por razones fuera de su
control, P. T. Barnum (Hugh Jackman) pierde su empleo en el banco. Viendo su
nueva situación como una oportunidad, Barnum decide comenzar un nuevo negocio,
para lo cual organizar un gran y excéntrico espectáculo, algo que no será bien
visto por gran parte de la sociedad de Manhattan del siglo XIX.
Sé que lo
que voy a decir parece no tener sentido, pero intentaré explicarme tan bien
como pueda. Hugh Jackman es demasiado bueno como para interpretar el personaje
de P. T. Barnum. No me malentiendan, toda la producción esta sobre los hombros
de Jackman, quien carga ese peso con mínimo o nulo esfuerzo, ya que indiscutiblemente
es un gran actor, bailarín y cantante, todo ello parece ser perfecto para darle
el papel protagónico en cualquier película musical (y lo es), el problema es
que el personaje de Barnum, por lo menos mediante sus acciones, se nos pinta
como alguien muy carismático pero también un poco mezquino y tramposo. El
carisma y talento le sobran a Jackman, pero es tan “buena gente” que esa
segunda parte del personaje, la menos agraciada, nunca resulta verdaderamente creíble
del todo, con lo cual el personaje y toda la trama, que siempre gira a su
alrededor, se siente un poco inconsistente.
Pero tal vez
estoy viendo esta producción mediante la perspectiva equivocada, esto es un
musical después de todo. Todos los números musicales son bastante buenos, tanto
el vestuario como la coreografía son agradables y, con una pequeña excepción,
todos ellos no solo sirven para darnos un espectáculo musical entretenido sino
que también ayudan a que la misma trama avance, la cuestión (porque ni siquiera
me atrevería a llamarlo un problema) es que ninguno de estos montajes se me
quedo grabado en la mente, me entretuvieron mucho, eso que ni qué, pero cuando
la música deja de sonar no me quedé tarareando la melodía o moviendo los pies.
Tal vez sólo
sea porque no soy fan de los musicales, es importante señalar eso, pero El Gran Showman simplemente no me pareció
tan espectacular como la misma producción pretende ser. Los números musicales
son buenos, los personajes simpáticos (tal vez más de lo que deberían) y aunque
la historia siempre se mantiene en movimiento, hay muchas escenas que se
sienten como paja innecesaria, por ejemplo una subtrama romántica que involucra
a los personajes Zac Efron y Zendaya, lo cual parece ser una pérdida de tiempo
¿Pero qué se yo? Tal vez hay alguna ley que dicte que todo musical debe
contener como mínimo dos o más escenas románticas, sean necesarias o no. Aun
con todo lo anterior El Gran Showman
si logra darnos un rato muy agradable en el cine, y sí, lo admito, la mejor
manera de experimentar el filme es en la pantalla grande. No es para mí, pero
me imagino que para aquellos que si saben de estas cosas o que les gustan los
musicales en general pasaran un buen rato.
El Gran
Showman: 3/5. Buena.
Mejor que:
Moulin Rouge (2001). No me hagan mucho caso en cuanto a esa comparación, después
de todos creo que soy el único en este planeta que odia esa película.
No tan buena
como: La La Land (2016)
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