Todo mundo
lo niega pero todos sufrimos de los mismos. No, no me refiero a miedo a la
muerte o a la crisis existencial sufrida cuando te das cuenta que tu vida en la
gran escala del universo es minúscula e intrascendente, hablo de que todos
tenemos ciertos “gustos culposos”, esas cosas que hacemos y disfrutamos pero
que al mismo tiempo nos avergüenza y mataríamos a cualquiera que se enterase de
nuestro secreto. Bailar banda estando borracho, cantar a todo pulmón desentonadamente
en la regadera o tener más de tres neuronas funcionales y aun así ser fan de Twiligth son solo algunos ejemplos de
estos “placeres culposos” y, por lo menos en mi caso, les vengo a hablar de uno
que se agrega a mi larga y penosa lista: Guardianes,
una cinta rusa que sin duda alguna es una de las peores películas que he visto
en mi vida y que, a pesar de ello, disfruté enormemente.
En Guardianes veremos a un equipo de súper
humanos tratando de salvar al mundo. En la Madre Rusia, después de la segunda
guerra mundial, el gobierno se encargó de experimentar en varios individuos
para crear al soldado perfecto. Aun cuando el proyecto fue considerado un
fracaso, los pocos sobrevivientes lograron mantenerse ocultos y esconder sus
nuevas habilidades sobrehumanas. Cuando un peligroso científico loco amenaza
con conquistar el mundo, el ejército ruso deberá reclutar a sus súper soldados
para crear el más patético, burdo, ridículo y poco original equipo de súper héroes
jamás conocido: Los Guardianes.
Tengo que
darle crédito a esta producción, ya que quiere colgarse de la popularidad que
goza en estos días todas las películas de súper héroes, esto teniendo el valor
de crear su propios personajes originales sin necesidad de basarse en ninguna
propiedad intelectual ya existente, digo, estos personajes “originales” plagian
todo lo que pueden de todo comic, película o serie de televisión que tenga que
ver con súper poderes, haciendo que el término “original” sea bastante
cuestionable.
Cada
personaje es más trillado que el anterior, de hecho parece que los personajes
pelean entre sí para ver quién puede tener la mayor cantidad de clichés al
mismo tiempo. Cada personaje tiene la personalidad y carisma de un pedazo de plástico
dejado al sol, lo cual es bastante acertado ya que toda la película se siente como
un comercial para una serie de figuras de acción que nunca existió.
La propia
historia y la manera en que se desarrolla parece sacada de una caricatura de acción
ochentera, incluyendo villanos con planes que solo tienen sentido en la mente
de un niño alucinando por una sobredosis de azúcar, ejemplo: Parte del plan del
villano es robarse un edificio para convertirlo en una especie de antena trasmisora,
no, no robarse los planos de un edificio, o un modelo a escala de un edificio o
secuestrar al arquitecto que diseñó el edificio, parte del plan es literalmente
robarse un edificio y colocarlo en otro lugar ¡Esto es tan estúpido que no podría
estar inventándolo por mi cuenta!
Los efectos
especiales se verían adecuados para una serie de televisión de bajo presupuesto
ya que, aunque no son los peores que haya visto en mi vida, no dejan de ser
absurdamente malos. El villano parece una botarga del Dr. Símil sin su bata y hasta
elementos comunes y corrientes como piedras se vean falsas ¡Simples piedras! A
pesar de lo horrendo de los efectos visuales, ver a un malogrado y ridículo hibrido
entre oso y luchador gringo lleno de asteroides es algo tan estúpido que me es inevitable
sonreír ante tal vista, algo que mejora aún más cuando este mismo personaje se
transforma en un oso completo con una ametralladora en la espalda. Todo esto
llega a tal grado de idiotez que da la vuelta completa a la rueda de la
imbecilidad y por accidente cae en lo genial.
Lo dije en
un principio y lo vuelvo a repetir: Guardianes
es una de las peores películas que he visto en mi vida, una que solo una
persona con pésimo gusto, el criterio y la mente de un niño de cinco años con
una contusión en la cabeza podría apreciar, y para bien o para mal creo que yo
soy ese “alguien”. Toda la producción está plagada de detalles tan inverosímiles,
ridículos y mal logrados que resulta un espectáculo digno de ver, por lo menos
en mi opinión. No, no creo que esta película pueda recomendarse a absolutamente
nadie, pero en mi dañada y retorcida mentecilla, Guardianes es una de esas películas que es tan mala que es buena.
No la vean, es una completa pérdida de tiempo que no vale la pena, pero ¡Ah!
como me hizo reír con su ridiculez.
Guardianes:
0/5. Ofensivamente mala.
Mejor que:
Transformers: El Último Caballero (2017)
No tan buena
como: Guardianes de la Galaxia (2014) Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2016),
Guardianes de Oz (2015), Guardianes de la Bahía (2017). Probablemente cualquier
película con la palabra “Guardianes” o una variación de ella en el título.
Comentarios