“No seas tan
exigente. Es para niños” es la excusa más socorrida a la hora de defender una mala
película infantil y aunque no puedo recordar alguna ocasión en la que yo haya
utilizado esa justificación, tal vez yo mismo la he usado alguna vez, pero aun así
es una respuesta tonta. Es lógico esperar que un filme cuyo principal objetivo
es un público infantil sea mucho, mucho más sencillo en su estructura para ser
más accesible para niños pequeños, ese no es el problema de Trolls, el verdadero error es no poner
el más mínimo esfuerzo en la producción, dándonos como resultado una de las películas
más trilladas, aburridas y predecibles que nos ha dado DreamWorks hasta la
fecha.
En Los
Pitufos Trolls veremos las
aventuras de pequeñas criaturas que viven en un pueblo escondido para evitar
ser cazados por Gargamel los Berbenos. Poppy es la feliz y juguetona
princesa de los Trolls, un grupo de diminutos seres que viven en el bosque para
esconderse de las criaturas llamadas Berbenos que, según sus creencias, solo
pueden ser felices comiendo Trolls. Tras una escandalosa fiesta organizada por
la hiperactiva Poppy, la aldea secreta de los Trolls es descubierta y muchos de
los Trolls son secuestrados y llevados a Pueblo Berbeno para ser devorados. Negándose
a perder la esperanza, Poppy busca la ayuda de Sherk Ramón, un amargado
Troll que sabe todo sobre los peligrosos Berbenos. Ahora Poppy y Ramón emprenden
el viaje más grande de sus vidas para tratar de salvar a sus amigos.
Primero lo
primero. DreamWorks ya ha demostrado una y otra vez que son de los mejores en
cuanto a animación por computadora se refiere, lo cual no deja ser el caso en Trolls, dándonos una fluida y sumamente
colorida animación. El uso de texturas es muy interesante, dándole a prácticamente
todo personaje y escenario un aspecto visual similar a estambre o materiales
para manualidades similares, lo cual lo cual hace que a la cinta muy atractiva
visualmente con una imagen muy innovadora,
siempre y cuando no tengas idea de que Kirby´s
Epic Yarn o Yoshi´s Woolly Word existen.
Haciendo a un lado mi hostilidad por un par de segundos, de que la película es
agradable a la vista es algo que nadie puede negar.
La trama es
trillada y no aporta absolutamente nada que no hayamos visto antes, la moraleja
es presentada con la misma sutileza que un ladrillo arrojado a rostro y los
personajes, fuera de los muy coloridos diseños, carecen de cualquier tipo de
personalidad discernible aparte de “son felices” ¿Qué tan aburrido e incompleto
es el guion? Lo suficiente como para tener que rellenarlo con la versión número
45, 357del cuento de Cenicienta. Por si lo anterior fuera poco, la película siente
la necesidad de insertar números musicales cada treinta segundo, llenando la
pantalla con todo tipo de canciones populares del momento, recurso que no sería
la primera ni la última vez que una película
utiliza para tratar de ser “relevante” o “cool” ante los ojos del público, lo
cual no es de mi agrado, pero como en todo, en gustos se rompen géneros PERO lo
que sí es casi un crimen son algunos de los covers que se utilizan. No pretendo
ser un gran conocedor de la escena musical, de hecho tengo que aceptar que mis
gustos musicales son los más aburridos e insípidos que una mente humana pueda concebir,
pero a pesar de ello ver como destrozan canciones como no deja de ser bastante
doloroso. Lo que la película hace con Clint Eastwood (la canción de Gorillaz,
no el actor) y The Sound of Silence es algo que solo puedo describir como vandalismo
musical.
La prioridad
de Trolls no es contarnos una
historia interesante o darnos personajes entrañables, lo más importante para el
filme es ser un colorido y efectivo comercial de juguetes disfrazado de película,
lo cual, seamos honestos, no es una estrategia nueva cuando hablamos de películas
infantiles, pero lo hace de manera tan simplona que inevitablemente se siente
como una descarada estafa. Ya sé que doy siempre el mismo ejemplo para todo,
pero dejare de hacerlo cuando el ejemplo deje de ser relevante: ¿Saben que película
era un descarado comercial para vender juguetes? La Gran Aventura Lego ¿Saben cuál ha sido de las películas más
entretenidas e innovadoras en el campo de la animación en los últimos años? La Gran Aventura Lego. No tengo nada en
contra de la mercadotecnia dirigida a niños, siendo honestos más de la mitad de
las franquicias que me gustan eran precisamente comerciales de juguetes
disfrazados de series de televisión, la diferencia es que por lo menos se
intentaba dar algo remotamente original al público. La palabra clave aquí es “Intentar”,
algo que Trolls no hace en ningún momento,
prefiriendo darnos una producción que se ve “bonita” y nada más. La verdad sea
dicha, la película va a ser del agrado de cualquier niño menor de seis o siete
años, más allá de eso no hay nada aquí para cualquiera que tenga más edad que
esa.
Trolls: 1/5.
Mala.
Felicidades
DreamWorks, lograste producir algo más odioso que Home: No Hay Lugar como el Hogar, algo que creía físicamente imposible.
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