Cualquiera
que me conozca (no necesariamente en persona) puede asestar que soy un ñoño,
geek, friki, nerd o cualquier otra etiqueta similar, en ocasiones rayando en
estereotipo caricaturesco, lo cual no me hace sentir particularmente orgulloso
pero tampoco avergonzado por ello, simplemente es lo que es. Una de las piedras
angulares de esta, llamémoslo subcultura, es la serie Star Trek (o Viaje a las
Estrellas para aquellos que tenemos más de veinte años) y debo admitir que
nunca he sido fan de la serie, algo que puede considerarse casi una herejía
dentro de la comunidad ñoña. Mi desinterés se debe más que a otra cosa a falta
de exposición a la franquicia y lo poco que he visto de la misma nunca ha
logrado atraparme por completo, ni siquiera el reboot de J. J. Abrams logró
engancharme. Ahora tenemos la tercera cinta de esta nueva interpretación del clásico
de ciencia ficción en Star Trek Sin Límites
y aunque no ha logrado hacerme un converso a la religión Trekkie, ha sido la película
de esta serie que más cerca ha estado de lograrlo.
En Star Trek Sin Limites veremos la más
reciente aventura de la tripulación de la nave USS Enterprise. Durante su misión
de exploración en el espacio desconocido, el capitán de la Enterprise, James T.
Kirk (Chris Pine) comienza a sentir cierto vacío en su vida y empieza a
considerar relegar sus responsabilidades como capitán y buscar una posición diferente
dentro de la Federación Unida de Planetas. La decisión de Kirk deberá esperar
cuando su nave recibe una señal de auxilio proveniente de un planeta
desconocido. Decidido a llevar a buen término lo que bien podría ser su última misión
comandando el Enterprise, Kirk se dirige al planeta sin saber que ahí se encontrará
con un reto que no sólo pondrá en peligro su vida sino la de toda su tripulación.
Lo que
siempre digo y que nunca dejare de aplaudir de una película es que, a pesar de
que se trate de una entrega más en una longeva franquicia sea capaz de llamar
la atención tanto a propios como extraños, algo que Sin Límites logra hacer admirablemente a pesar de que, como ya
mencione, se trata de la tercera entrega en esta reinterpretación de la serie.
El filme hace pequeñas referencias a las dos cintas anteriores, más que nada
para dar gusto a aquellos que disfrutamos elementos de continuidad en una
serie, pero estos detalles no son indispensables para entender la trama. Estos
toques se relegan principalmente para hacer un muy sencillo homenaje tanto al
fallecido Leonar Nimoy como al resto del reparto original de Star Trek, algo
que estoy bastante seguro será del agrado de todo fan de la saga.
El tono de
la cinta difiere un poco de las entregas anteriores, ya que se toma una dirección
mucho menos seria, esto no significa que la historia no tenga sus momentos
emotivos o extravagantes escenas de acción sino que a estos elementos se les
suma también cierto nivel de humor. No me malentiendan, esto no significa que
el filme se convierta en una comedia, lo que se logra es una atmosfera más relajada
que no teme tener momentos de levedad, algunos de los cuales rayarían en lo ridículo
si el tono fuese tomado con demasiada seriedad.
Hasta el
momento este nuevo Star Trek han sido las aventuras de Kirk y Spok, con
participaciones especiales del resto de los personajes, una tradición con la
que rompe Sin Límites. A lo que me
refiero es que en esta ocasión se logra dar un enfoque mayor al resto de los personajes
y no solamente a los dos más famosos, esto se logra al hacer mancuernas poco
comunes (por lo menos para mí) y ver hacer equipo a varios tripulantes del Enterprise
con personajes con los que normalmente no se les asocia, sacándolos así un poco
de su rutina habitual y dejándonos verlos desde una perspectiva diferente, provocándonos
un verdadero sentimiento de comunidad y camaradería entre los personajes, algo
que según entiendo siempre ha sido uno de los puntos fuertes de la franquicia.
Como es de
esperarse nada es perfecto y Star Trek Sin
Límites no deja de presentar algunos problemas. Sin arruinarles nada con
spoilers, debo decir que cierto elemento se siente sumamente forzado y es solo
una excusa para crear conflicto durante el último acto. Igualmente el villano
resulta bastante genérico hasta que se nos revelan sus motivaciones prácticamente
durante el clímax de la historia, lo cual sirve para darle profundidad al
antagonista pero esta explicación de sus motivaciones se da tan abruptamente
que se siente demasiado acelerada y agregada a la historia en el último
momento.
El filme se beneficia
con su tono más ligero, lo cual logra sin tener que sacrificar sus elementos
más dramáticos y emocionantes. Más que ser una parte de un legado mucho más
grande, el principal objetivo de Star
Trek Sin Límites es ser una divertida película de ciencia ficción con
muchos toques clásicos que caracterizan a este género, algo que logra hacer
bastante bien. No creo que se necesite ser un fan de hueso colorado de la serie
para disfrutar de esta película. El filme es simplemente divertido y si la
serie continúa por este camino definitivamente me atrevería a seguir a la tripulación
del Enterprise a explorar nuevos mundos, a buscar nuevas formas de vida y
nuevas civilizaciones, a ir valientemente a donde ningún hombre ha ido antes.
Star Trek
Sin Límites: 4/5. Muy Buena.
Mejor que:
Star Trek (2009), Star Trek En la Oscuridad (2013)
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