¿Y así
quieren que no odie el cine mexicano? Cuando no es una adaptación innecesaria
de otra película o una producción basada en el estereotipo y el cliché, el cine
nacional se limita a realizar proyectos escritos por “mirreyes”, dirigidos por “mirreyes”,
actuados por “mirreyes” y cuyo único público
objetivo es… ¡Adivinen! Pinches “mirreyes”, como es el caso de Lo Más Sencillo Es Complicarlo Todo, que
tiene el único objetivo es apelar al gusto de mocosas mimadas y estúpidas con
más dinero que sentido común, y supongo que bajo ese especifico y único parámetro,
la producción logra su objetivo.
En Lo Más Sencillo Es Complicarlo Todo
veremos a una mocosa stalkenado a un tipo mucho mayor que ella. Les daría más
datos sobre la trama pero sinceramente me importa un carajo. Quiero terminar
esta reseña lo más pronto posible y olvidarme de este pedazo de mierda que
alguien quiere hacer pasar por película.
Vamos
directo al grano: Dana Paola no sabe actuar, de hecho creo que el mayor logro
de la ahora “actriz” es saber leer, porque eso es lo único que parece estar
haciendo durante toda la película, leer sus diálogos directamente de tarjetas o
un teleprompter, aunque quizás eso sea darle demasiado crédito y en una de esas
alguien le está soplando todos sus diálogos por un audífono o algo así. La
protagonista no sabe entonar, no sabe hacer pausas al hablar, no sabe proyectar
ningún tipo de emoción y el hecho de que la mayor parte de su dialogo incluya
muletillas de niña mamona como “Tipo”, “O sea” u “Obvi”, me hacen odiar al
personaje principal cada que abre el hocico, que desafortunadamente es el 98%
de la película.
El único “personaje”
(y uso ese término de manera demasiado general) es el interpretado por Dana
Paola. Digo, hay muchos otros actores en escena, pero todos ellos no son más
que accesorios para el personaje principal y su historia personal, haciendo que
los otros actores del reparto sean poco más que parte de la escenografía que ocasionalmente
escupen uno que otro dialogo.
Aun si
decirlo me hace vomitar bilis, tengo que reconocer que no todo es un asco. A
nivel de dirección la película puede ser bastante simple pero efectiva, además que
cuenta con unas cuantas escenas que sirven como tributo/parodia a otras famosas
películas de la historia del cine, escenas que resultan bien ejecutadas y que
casi logran ser divertidas, y de hecho lo serian si no involucraran a los
mismos odiosos personajes principales de la historia principal.
Voy a ser el
primero en reconocer que soy el menos indicado para criticar esta película,
tanto por mí más que claro odio por el cine mexicano, así como por no ser ni de
cerca el público al que va dirigido esta producción. Cada quien tiene derecho a
disfrutar las películas que le vengan en gana, incluyendo a las niñas mimadas,
con más aerosol en la cabeza que cerebro, con un vocabulario que no va a mas allá
de tres o cinco palabras diferentes, que piensan que el mundo entero gira a su
alrededor y que la vida de todos los demás seres humanos tiene como objetivo
cumplirles hasta su más infantil capricho, y si ustedes caen en esa categoría de
persona, no se detengan por mí, disfruten Lo
Más Sencillo Es Complicarlo Todo tanto como quieran, ¡Oh! y si la descripción
anterior les cae como anillo al dedo, les pido un favor, mueran en un incendio.
Lo Más
Sencillo es Complicarlo Todo: 0/5. Ofensivamente mala.
Mejor que:
Cambio de Ruta (2014), El Que Busca Encuentra (2017).
No tan buena
como: Treintona, Soltera y Fantástica (2016), Me Gusta pero Me Asusta (2017).
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