Toda idea
fue original en su momento, pero el hecho de repetir la misma premisa una y
otra y otra vez es lo que termina convirtiendo una buena idea en un cliché, lo
peor del caso es cuando no se hace ni el más mínimo intento por aportar algo
que resulte siquiera remotamente original, como en el caso de El Pájaro Loco, una producción brasileña
tan trillada y absurda que parece sacada de la mente del menos creativo
productor gringo en la actualidad.
En El Pájaro Loco veremos al homónimo
personaje conviviendo con una familia. El extravagante y “divertido” Pájaro
Loco vive tranquilamente en un bosque cercano a la frontera canadiense. Cuando
una familia llega al bosque para construir una lujosa casa, la guerra entre los
humanos y el Pájaro Loco se desatará. Tratando de lidiar con su plumífero problema,
los humanos contratarán a un par de cazadores que tienen sus propios funestos
planes para encargarse del Pájaro Loco.
Pude que
esté en un error, pero la premisa de “caricaturas conviviendo con actores
reales” solamente ha funcionado de manera adecuada en ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (o en mucha, MUCHA menor medida en Mundo Cool), y sin embargo esta idea
parece ser la manera más “fácil” de tratar de “actualizar” una caricatura del
pasado. La idea por sí misma no es mala, el problema es cuando se siguen al pie
de la letra los clichés asociados con las películas infantiles. Malentendidos,
un padre de familia conectándose con su hijo, comedia “de pastelazo”,
actuaciones malísimas y un personaje animado que contrasta de manera horrenda
con los actores reales parecen ser la norma en este tipo de producciones, y El Pájaro Loco no hace nada para
despegarse de la formula.
Por si lo
anterior no fuera suficientemente malo, el trabajo de edición es de lo peor que
he visto últimamente. La película salta de escena a escena sin ton ni son, haciendo que el ritmo de la
historia se demasiado caótico, además de que por alguna razón que escapa a mi muy
limitado entendimiento, cada que el personaje principal aparece en escena la cámara
siempre termina haciendo un “close up” que solo sirve para resaltar aún más lo
horrendo que resulta la animación y el diseño en tercera dimensión del Pájaro Loco.
Sé lo que
van a decir: “es para niños, no deberías ser tan severo”, y tal vez tienen razón, pero eso de que “es
para niños” sigue siendo una burda excusa para hacer películas malas para un público
que, seamos sinceros, no es muy exigente que digamos. Es verdad que no soy el público
objetivo para esta cinta y, de hecho, dentro de la sala de cine sí se pudieron
escuchar sinceras carcajadas por parte del público, pero casi siempre seguidos
de largos lapsos de silencio y uno que otro bostezo. A menos que tengan niños
muy pequeños, eviten a toda costa esta película, y aun si tienen niños
chiquitos que supliquen por verla, hay muchas mejores opciones que esto.
El Pájaro
Loco: 0/5. Ofensivamente mala.
Mejor que: Serafín
(2001) También conocida (por mi) como “Cáncer de ojos: La Película”
No tan buena
como: Scooby-Doo (2002), Alvin y las Ardillas (2007), El Oso Yogui (2010), Los
Pitufos (2011). Eso sin contar todas las secuelas de cada una de estas películas,
y no es que alguna de ellas sea precisamente una joya del cine para empezar.
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