No pienso
negar la importancia que tuvo en su momento el personaje de Lara Croft en el ámbito
de los videojuegos, siendo una de las figuras femeninas más reconocidas e
importantes en su medio, pero seamos completamente honestos, el personaje nunca
fue más que Indiana Jones con boobies, no que eso tenga algo de malo, solo digo
que no es la sima de la originalidad. El personaje puede no ser tan popular
como en el pasado, pero su presencia ha sido constante dentro y fuera del medio
de los videojuegos, por lo que no es gran sorpresa que se intente hacer que el
personaje llegue al el cine (de hecho no es la primera vez), en esta ocasión
con Tomb Raider: Las Aventuras de Lara
Croft, una película que se queda un poco corta al compararla con el legado
del personaje pero que puede ser una buena introducción al personaje.
En Tomb Raider: Las Aventuras de Lara Croft
veremos a una exploradora en busca de un tesoro perdido. Han pasado algunos
años desde que Richard Croft (Dominic West) desaparecio misteriosamente, sin
embargo su hija Lara (Alicia Vikander) se niega a perder la esperanza de volver
a verlo. La ilusión de Lara por reencontrar a su padre continúa con más fuerza
cuando la joven encuentra documentos secretos sobre su padre y su búsqueda de
un tesoro arqueológico. Con tan muy pocas pistas, Lara Croft se lanza a la
aventura para tratar de encontrar a su padre, una aventura mucho más peligrosa
de lo que ella misma se imagina.
No sé si fue
por parte del director o el mismo editor del filme, pero parece que alguno de
ellos quedo tan enamorado de su propio trabajo que se negaron a recortar muchísimas
escenas. La película presenta varias secuencias que nos muestran la misma información
una y otra vez, además de que otras tantas escenas parecen colocarse en un
orden diferente al indicado por el guion, con ello provocando que se den varios
errores de continuidad, los cuales tal vez no sean gran cosa, pero hacen sentir
que la producción parezca descuidada y muy a la “ahí se va”.
Normalmente
comparar las escenas de acción con un videojuego podría considerarse como un
insulto, pero si tomamos en cuenta que esta película está basada en una
franquicia de videojuegos, la comparación es adecuada. Las escenas de acción pueden
parecer poco realistas, creo que eso no se puede discutir, pero aunque no sean
del todo originales, logran darnos unos cuantos momentos emocionantes de vez en
cuando. Tal vez lo que voy a decir no tendrá sentido para aquellos que no estén
familiarizados con los videojuegos, pero me resulta curioso ver en un principio
Lara Croft le robo escenas de acción a Indiana Jones, luego Nathan Drake le
robo su esencia a Lara Croft y ahora esta película le vuelve a robar a Nathan
Drake para dárselo de regreso a Lara Croft. Ladrón que roba a ladrón, supongo.
La historia,
aunque entretenida, es muy poco interesante. Sé que el molde del intrépido explorador
en busca de un tesoro perdido tiene su propio encanto, pero Tomb Raider no hace nada nuevo o
inesperado con esta fórmula, lo cual es más o menos entendible, no hay que
arreglar lo que no está roto, pero esto mismo hace que la película se sienta
completamente genérica y, fuera del famoso nombre de su protagonista, no hay
nada que la haga destacar de otras tantas películas de aventura.
Tomb Raider funciona bien por su propia cuenta,
pero no lo suficiente como para quedarse por mucho tiempo en la mente del espectador. Los hoyos en la trama y lo
poco original del guion hacen que la producción se sienta un tanto apresurada,
como si a la película en general le hubiera faltado más “tiempo en el horno”
para poder pulir sus asperezas. Si quieren una película de acción y aventura
sencilla y sin muchas pretensiones, creo que Tomb Raider: Las Aventuras de Lara Croft puede ser una buena opción,
nada del otro mundo pero lo suficientemente entretenida para pasar el rato,
aunque eso sí, hay mejores opciones que esta.
Tomb Raider:
Las Aventuras de Lara Croft: 2/5. Meh.
Mejor que:Lara
Croft Tomb Raider: La Cuna de la Vida (2003).
No tan buena
como: Lara Croft: Tomb Raider (2001).
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