Tal vez sea
porque ya me desensibilicé al ver tantas películas de terror y por eso la gran mayoría
de ellas me resultan demasiado monótonas, más “pan con lo mismo”, o quizás en
verdad la gran mayoría de los filmes de horror que llegan al cine son simplones
y no ofrecen nada que no haya visto antes. Sea cual sea el caso, La Maldición de la Casa Winchester deja
una impresión tan débil que estoy casi seguro que olvidaré que la vi en cuanto
terminé de hacer esta reseña.
En La Maldición de la Casa Winchester
veremos a una familia atormentada por una malévola presencia que los acosa en
su propia casa. Eric Price (Jason Clarke) es un médico que ha sido contratado
por la compañía de rifes Winchester para examinar la salud mental de la socia
mayoritaria de la empresa, Sarah Winchester (Helen Mirren). Eric reconoce que
la señora Winchester es bastante excéntrica, pero la extraña personalidad de
Sarah parece justificarse al descubrir que la mansión en la que vive está llena
de actividad paranormal cada vez más perturbadora, lo cual podría poner en riesgo
la vida de todos los habitantes de la mansión Winchester.
“Jumpscares”,
eso es lo único que tiene esta película. La típica escena oscura donde por un
segundo podemos ver una imagen “fantasmal” acompañada de un fuerte sonido de la
banda sonora, el equivalente a que alguien te agarre desprevenido (sin albur) y
te grite a la cara “¡Booo!”. Es molesto y tal vez si logré hacerte
sobresaltarte por un instante, pero termina siendo una “técnica” tan sobre
explotada que poco a poco va perdiendo efectividad y desafortunadamente este es
el único recurso que utiliza esta película para tratar de espantarte.
La trama se
sabotea a sí misma, ya que en ocasiones parece querer vendernos la idea de que
los hechos sobrenaturales son simples alucinaciones de los personajes, algo que
sería un misterio interesante si no fuera porque desde la primera escena se nos
muestra que la casa en verdad está llena de fantasmas, con ello revelándonos la
respuesta a un misterio que ni siquiera se ha planteado todavía, porque ya saben,
toda buena historia de terror se cuenta del final para atrás, aun cuando la
misma naturaleza del relato no se presté para eso.
La película
si tiene momentos divertidos, aunque no de la forma en que se podría esperar de
una supuesta historia de terror. A continuación voy a arruinarles el final de
la película, así que si tienen el más leve interés por esta producción, dejen
de leer esto. La forma en la que terminan venciendo al fantasma es… con
una bala. Sip, en esta película “matan”
a un fantasma a balazos. Diría que el concepto es menos ridículo en el contexto
en el que se presenta dentro de la historia, pero nop, aun sabiendo todos los
detalles sigues siendo una resolución bastante estúpida. Películas gringas:
donde la causa y la solución a todos los problemas de esta vida y la otra
pueden resolverse con un arma de fuego.
Si he de
decir algo bueno sobre la película… en realidad no se me ocurre nada. La cinta
es “funcional”, la atmosfera es completamente genérica, sin nada que la haga
destacar de las miles de películas de “casa embrujada”, pero al menos la producción
es medianamente funcional. La única manera en que este filme le pueda dejar un
verdadero impacto al espectador sería si ese hipotético público nunca ha visto
ninguna otra película de terror en su vida. Completamente genérica y sin ninguna
gracia propia, La Maldición de la Casa Winchester será recordada como “una más
del montón” o lo que es lo mismo, no será recordada en lo absoluto.
La Maldición
de la Casa Winchester: 1/5. Mala.
Mejor que:
Demonio de Media Noche (2016).
No tan buena
como: La Noche del Demonio: La Ultima Llave (2018)
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