Pueden
pensar lo contrario y francamente no los culpo, pero en verdad, aunque todo
indique lo contrario, NO odio a Ánima Estudio. Esta compañía de animación mexicana
siempre ha mostrado un gran potencial pero por una u otra razón el estudio
nunca ha producido algo tan bueno como su grupo creativo es capaz de hacer,
haciendo que casi todas sus producciones se sientan con mucho potencial
desperdiciado y desafortunadamente La
Leyenda del Charro Negro continua con esta tradición de, como dicen por ahí,
quedarse a medias tintas.
En La Leyenda del Charro Negro veremos las
aventuras de un niño y su encuentro contra una poderosa fuerza sobrenatural. Leo
San Juan se dirige junto a su hermano a Puebla para reencontrarse con su abuela.
Durante su viaje los hermanos se topan con un hombre y su hija quienes
aparentemente son atormentados por una misteriosa y malévola presencia conocida
simplemente como “El Charro Negro”. Debido a su buen corazón, Leo decide ayudar
al hombre y enfrentarse al Charro Negro sin saber que esto será el primer paso
hacia la aventura más peligrosa que ha tenido hasta la fecha.
Algo que me
llamó gratamente la atención es como la misma película hace alusión a cintas
anteriores de la franquicia “La Leyenda de…”, sobre todo a la producción anterior,
La Leyenda del Chupacabras, de hecho
comenzando justo donde esa entrega termino, dándole a la serie una sentido de
continuidad que tal vez resulte innecesario pero que le da un escala más grande
a la historia en general, aun así la trama no depende de que el espectador conozca
las entregas anteriores de la serie (aunque tampoco hace daño).
Lo que es más
difícil de justificar son tantos personajes, todos ellos provenientes de películas
anteriores. La incursión de tantos personajes es entendible si tomamos en
cuenta que La Leyenda del Charro Negro
es potencialmente la última entrega de esta franquicia, por lo que la película
quiere hacer un homenaje a todos sus personajes del pasado, el problema es que
la gran mayoría de ellos se meten a la historia de manera sumamente forzada y
en ocasiones es difícil siquiera justificar su existencia dentro de la trama,
haciendo que la mayoría de las escenas que involucran a los personajes
secundarios se sientan como una pérdida de tiempo.
Me duele
decir esto, pero la animación sigue siendo simplemente pasable. No me
malentiendan, la animación dista mucho de ser mala, pero su calidad no supera
la que se podría esperar de una serie de televisión animada contemporánea,
haciendo que la producción de El Charro Negro no alcance “calidad de cine” (por
llamarla de alguna manera). De igual manera la historia es bastante simple y
muchas de sus sorpresas resultaran bastante obvias para casi cualquiera, pero
supongo que estos giros serán entretenidos para un público infantil, el cual es
el público objetivo de la producción a final de cuentas.
Tal vez
piensen que mi tan cantado odio al cine mexicano sea el que me hace juzgar tan
duramente esta película, y tal vez tengan razón, pero a diferencia del resto
del cine nacional siempre estaré dispuesto a darle el beneficio de la duda a
las producciones de Ánima Estudios, ya que aunque sigo sintiendo que tiene
mucho potencial desperdiciado, ese mismo potencial no se ha perdido con el paso
del tiempo. Estoy casi seguro de que esta compañía de animación mexicana algún día
nos dará algo verdaderamente sorprendente, pero ese “algo” definitivamente no
es La Leyenda del Charro Negro.
La Leyenda
del Charro Negro: 1/5. Mala.
Mejor que:
La Leyenda de las Momias de Guanajuato (2014).
No tan buena
como: La Leyenda del Chupacabras (2016).
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