Lo he dicho
muchas veces, me gusta ser sorprendido cuando voy al cine, pero incluso un giro
inesperado en la trama, aun cuando sea uno muy bueno, pocas veces es suficiente
como para rescatar una película de caer totalmente en el olvido, como puedo
imaginar será el caso de La Bóveda, película
cuyo mayor logro es dar un giro de tuerca a su historia que parece sacado de
una película de M. Nigth Shyamalan (una de las malas).
En La Bóveda veremos el intento de un grupo
de ladrones para robando un banco. Lo que parecía un día rutinario en un banco
se ve interrumpido cuando un grupo de ladrones armados toman a los empleados
del banco como rehenes y los obligan a abrir la caja fuerte donde se guarda el
dinero. Al ver que su botín no es lo suficientemente grande, los ladrones
amenazan con ejecutar a los rehenes, por lo que un empleado del banco interviene
y les informa a los asaltantes que bajo el edificio se encuentra una bóveda secreta
que es donde verdaderamente se guarda el dinero. Siguiendo el concejo del
empleado, los ladrones se dirigen a la bóveda secreta sin saber que al hacerlo
desataran una fuerza sobre natural que pondrá en riesgo sus propias vidas.
Lamento
arruinar la sorpresa, pero siendo justos, el giro que da la trama se ve
arruinado por el mismo tráiler de la película. La primera mitad de la cinta es
un thriller sobre un robo bancario, uno que no resulta precisamente original
pero que de igual forma es entretenido. Lo interesante de la historia es que a
la mitad cambia casi por completo de género y se transforma en una película de
terror, una de esas de bajo presupuesto que se conocen como de “serie B”, que
en muchas ocasiones resultan ridículas, no muy buenas que digamos pero que aun
así tienen cierto encanto.
Y ya les he
contado todo lo que tienen que saber sobre La
Bóveda, ya que cuando se da el cambio de género la película se vuelve
lenta, predecible y con muchos errores de continuidad que, aunque no rompen con
el ritmo de la cinta, resulta difíciles de ignorar, por lo menos para aquellos
que se fijan en nimiedades, como en mi caso. Los elementos de terror son los
mismos que se ven en toda película de este tipo, con su buena dosis de “jump scares”
que no resultan efectivos, no porque se ejecuten mal, sino porque resulta muy
obvio cuando la cinta planea lanzarnos un ruido fuerte y gritar “boo” en un
vano intento por tratar de asustarnos.
Sé que sueno
bastante duro, pero créanlo o no, disfrute moderadamente de La Bóveda. La película hace su mejor
intento por contarnos una historia interesante utilizando sus muy limitados
recursos, y aunque no siempre logra mantener la atención del público, lo “barato”
de la producción tiene el encanto de una película independiente, una que no es
particularmente original o ambiciosa, pero que resulta parcialmente entretenida.
Ya les arruine el giro que da la trama y fuera de ese elemento, La Bóveda no tiene nada que la haga
destacar, ni siquiera la participación de James Franco en un pequeño papel
secundario. No hay porque ver este filme en el cine, pero al final es una pérdida
de tiempo completamente inofensiva. Si son fans de las películas de bajo
presupuesto, La Bóveda es una opción más,
no digo que sea una buena opción, tampoco digo que sea una mala, solo digo que
es una opción más y punto.
La Bóveda:
2/5. Meh.
Mejor que:
El Plan Maestro (2016), La Novia (2017).
No tan buena
como: No Toques Dos Veces (2016).
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