Pueden estar
en desacuerdo conmigo, pero en lo personal creo que sí existe tal cosa como “tener
demasiado de algo bueno”. Imaginen, por ejemplo, que comen su platillo favorito
todos los días; claro, los primeros días serán todo un paraíso, pero casi puedo
asegurarles que poco a poco el gusto por dicho platillo se irá disipando hasta
llegar el punto en que deseen comer cualquier otra cosa que tenga un sabor
diferente, no tanto porque la comida ya no tenga la misma calidad sino por la monotonía
que provoca comer lo mismo, una y otra y otra vez sin nada de variedad. Algo
similar a lo anterior es lo que comienza a sucederme con las producciones de
Marvel Studios, sigo pensando que son bastante buenas y entretenidas, pero al
mismo tiempo casi todas empiezan a tener el mismo “sabor”, algo que nunca había
sido tan claro como en Thor: Ragnarok, que
a pesar de indudablemente ser la mejor película de Thor hasta la fecha, no deja
de sentirse como la versión no oficial de Guardianes
de la Galaxia 3.
En Thor: Ragnarok veremos al dios del
trueno enfrentar la más grande amenaza para Asgard hasta la fecha. Después de
buscar en vano las “piedras del infinito”, Thor (Chris Hemsworth) regresa a su
hogar solo para descubrir que su hermana y primogénita de Odin, Hela (Cate
Blanchett), diosa de la muerte, ha regresado del exilio y ha conquistado Asgard.
Superado por el poder de Hela, Thor se ve obligado huir de Asgard, lo cual lo
deja varado en un extraño planeta llamado Sakaar. Ahora Thor deberá de
encontrar la manera de regresar a Asgard y detener a su hermana antes de que
sea demasiado tarde.
Lo primero
que deben saber sobre Thor: Ragnarok
si es que son puristas (por no decir mamones) de los comics, es que será mejor
que se mantengan alejados de esta película tanto como sea posible, no porque
sea mala (definitivamente no lo es), sino porque a pesar de tomar mucha “inspiración”
de distintas historias de los comics, Ragnarok
es todo menos fiel a su material original. Con unos cuantos elementos de
historias como Fear It Self, The Siege pero sobre todo de Planet Hulk, Thor: Ragnarok nos da una
historia propia que, aunque con momentos dramáticos y épicos, no deja de ser
una comedia en primera instancia, algo que entiendo no será del agrado de
muchos fans del dios del trueno.
La historia
se mueve a un muy buen ritmo y nunca se sufre de un momento aburrido, lo cual siempre
se agradece, pero el tono cómico en ocasiones se extiende desenfrenadamente,
arruinando un poco las escenas más “serias” de la historia. Debo decir que
nunca me ha molestado la comedia en las películas de Marvel, algo que es de lo
más criticado por los detractores del Marvel Studio, pero lo que no deja de
incomodarme un poco es que el tono que se utiliza en Ragnarok es muy, MUY similar a lo que hemos visto últimamente en otras
cintas, principalmente Guardianes de la
Galaxia, desde un soundtrack setentero hasta una estética muy colorida llena
de luces neón que excreta por todos sus poros una onda ochentera que es
divertida, sí, pero no deja de sentirse como algo que ya vimos no hace mucho en
otras películas de Marvel. Sí creo que Thor necesite una identidad mucho más
memorable que la que había tenido hasta ahora, lo que no termina de gustarme es
que esa identidad se tome casi punto por punto de otro personaje Marvel, algo
que convierte a Thor en esta película en Star-Lord versión 2.0.
Hay algo que
hasta aquellos que no son fans de las películas de superhéroes deberán aceptar,
todas las escenas de acción en Thor:
Ragnarok son muy entretenidas, con una mezcla de coreografía y efectos
especiales que en verdad las hacen resaltar del resto de la producción. Es
cierto que estas escenas siempre caminan sobre la delgada línea de lo ridículo,
y para ser completamente sinceros, la cruzan en más de una ocasión, pero cuando
el resultado final es tan energético y entretenido, simplemente no puedo
quejarme. Personalmente debo reconocer que he visto pocas cosas tan
entretenidas como la pelea de Thor contra Hulk que vemos en este filme, y no,
no creo que decir eso cuente como spoiler ya que esa “sorpresa” se vio arruinada
desde el principio por la campaña publicitaria de la película, pero aun así, de
que es de mis partes favoritas del filme eso no pienso negarlo.
Desde hace
rato muchos critican que el tono más relajado de las historias de Marvel es un
problema en general en su universo cinematográfico, y aunque no estoy del todo
de acuerdo con esa afirmación, sí estoy dispuesto a aceptar que la comedia
empieza a convertirse en un “problema”, no porque no me guste el humor, al
contrario, no creo que las aventuras de un vikingo espacial con un martillo mágico
sean algo que se deba tomar demasiado en serio en primer lugar, pero lo que me
preocupa es que toda la comedia empiece a sentirse demasiado similar entre una producción
y otra, lo cual a la larga hará que estas películas se conviertan en “pan con
lo mismo”. Thor: Ragnarok resulta la
más memorable y divertida película de Thor hasta la fecha, no creo que eso se
pueda negar, pero si esta costumbre de utilizar el mismo tipo de humor en todas
las películas Marvel continua, más temprano que tarde nos alejaremos del cine
de superhéroes en busca de un “sabor” diferente en nuestras películas de acción.
Thor:
Ragnarok: 3/5. Buena.
Mejor que:
Thor (2011), Thor: Un Mundo Oscuro (2013).
No tan buena
como: Guardianes de la Galaxia (2014), Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017).
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