No creo que
Christopher Nolan sea un director infalible, y antes de que decidan amenazarme
de muerte por dar una opinión tan blasfema, déjenme decirles que Nolan es el
director de mi película favorita de todos los tiempos (hasta la fecha). Lo que
sí es seguro es que este director siempre logra darnos proyectos interesantes
que tal vez no sean del agrado de todo el mundo, pero su creatividad a la hora
de contarnos una historia es innegable, siendo Dunkerque la más reciente muestra de esta muy agradable tradición.
En Dunkerque veremos tres historias
entrelazadas que muestran diferentes puntos de vista sobre la evacuación de
tropas aliadas durante la segunda guerra mundial. Sé que esto no esta descripción
es más simple de lo usual, pero dar más detalles seria arruinar la película.
La sinopsis
anterior puede sonar bastante pobre pero no deja de ser acertada y aunque tal
vez no suene demasiado interesante que digamos, la historia en sí misma no es
lo más importante de la cinta sino la particular forma en que Christopher Nolan
decide contárnosla. El filme nos presenta tres historias diferentes que se
entrelazan unas con otras pero al mismo tiempo cada una de ellas cuenta con sus
propios elementos que, en lugar de entrometerse torpemente y arruinar el ritmo
narrativo de las demás tramas, se logran complementar perfectamente unas con
otras.
Cada trama
tiene como trasfondo la evacuación de la ciudad francesa de Dunkerque, dándonos
perspectivas desde tierra, mar y aire. Cada una de esta historia se dedica a
sumergir al espectador en una misma situación mediante los ojos de sus
distintos protagonistas, dándonos como resultado historias verdaderamente
emotivas. Creo que cada quien tendrá su trama favorita, pero en mi caso la que
más llamó mi atención fue la que se enfoca en las tropas en tierra,
probablemente porque es a la que más tiempo se le dedica, aunque eso no
signifique que las otras historias se descuiden o sean de menor calidad. Esta
trama es la que, para mi gusto, se siente como la más tensa de las tres,
colocando al espectador hombro con hombro con los personajes en una serie de
situaciones cada vez más desesperadas y dramáticas. Es aquí donde la paranoia,
el miedo y la desesperación se vuelven elementos constantes y abrumadores tanto
para los personajes como para el espectador, dándonos una atmosfera bastante
gris que se mantiene en la película de principio a fin, culminando en un
desenlace que aunque esperanzador y emotivo, no deja de tener un sabor
agridulce.
Hay un punto
que creo que será bastante debatible a la hora decidir si se manejó de manera
correcta o no, me refiero a la violencia en la película. De un tiempo para acá
las películas bélicas, específicamente aquellas sobre la Segunda Guerra
Mundial, se han caracterizado por lo grafico de su violencia, mostrándonos de
manera muy explícita los horrores de la guerra. Dunkerque sí cuenta con una
alto grado de violencia pero esta nunca llega a ser demasiado gráfica, es decir
que no veremos miembros cercenados volando a diestra y siniestra o a soldados
cubiertos de sangre todo el tiempo. Esta decisión tal vez haga ver a la película
“poco realista” para algunos, pero en mi opinión esta fue una ruta completamente
deliberada por parte de Nolan, ya que de esta manera se logra que el espectador
se enfoque por completo en las diferentes situaciones en las que se adentran
los personajes sin tener que apelar al morbo de la violencia desmedida que (seamos
completamente sinceros con nosotros mismos) muchas veces son el enfoque de las películas
de guerra.
Definitivamente
Dunkerque se puede contar dentro de
la ya de por si excelente lista de aciertos por parte del Christopher Nolan,
pero también es justo decir que no creo que sea una película para todo el mundo.
La cinta no trata de vanagloriar su violencia o los sacrificios en tiempos de
guerra pero tampoco minimiza estos elementos, Dunkerque prefiere contarnos una historia mucho más humana, factor
que no se presenta en “blanco y negro” sino en un amplio matiz de tonos grises,
uno que pocas veces resulta agradable de experimentar. Tremendamente emotiva e
interesante, Dunkerque es una película
que definitivamente vale la pena ver y que muy seguramente dará mucho de qué
hablar cuando la temporada de premios al cine comience.
Dunkerque:
4/5. Muy Buena.
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