En
retrospectiva, y analizando a fondo la situación, la propia razón de que la
serie noventera original de Guardianes de
la Bahía existiera en primer lugar es simple: En ese entonces no había internet,
por lo menos no como lo conocemos ahora. Sé que es impensable en la actualidad
pero lo crean o no, existió una era oscura en la historia de la humanidad donde
no podías estar conectado a “la red” las veinticuatro horas del día (en verdad
una horrible época para estar vivo…) por lo que el adolecente calenturiento
promedio debía buscar manera alternativas para… digamos… “tomar el asunto en
sus manos”, y que mejor “algo” que un programa de televisión cuyo mayor (y tal
vez único) atractivo era ver a supermodelos con ninguna capacidad actoral PERO
que se veían muy bien en traje de baño. Por grotesco que suene, creo que Guardianes de la Bahía es un producto
representativo de su época, algo que hace que muy probablemente no pueda
funcionar fuera de su, llamémosle “contexto histórico”, pero que aun así se
arriesga a buscar relevancia en la actualidad con una producción fílmica.
En Guardianes de la Bahía nos encontraremos
con un grupo de “actores” cuyas capacidades histriónicas no son muy buenas que
digamos pero que se ven muy bien en traje de baño. Digan lo que quieran, pero
por lo menos eso es consistente con el material original. Matt Brody (Zac
Efron) es un medallista olímpico que tras un desafortunado accidente se ve
obligado a dar servicio comunitario trabajando como salvavidas en una playa de
Florida. Menospreciando su posición de salvavidas en un principio, poco a poco
Matt aprenderá que el trabajo va más allá de evitar que la gente se ahogue y
que de vez en cuando su responsabilidad se extiende a exponer extorción política
o detener a un cartel de drogas, ya saben, como los salvavidas en la vida real.
Desde el
principio la película sabe que su premisa es ridícula (al igual que en la serie
original) y hace alusión a este hecho con tanta frecuencia como le es posible
pero sin caer 100% en parodia. Sé que suena raro, pero así como en el pasado he
hablado de películas de acción que se ven arruinadas por momentos de comedia, Guardianes de la Bahía es una comedia
que se ve afectada por momentos de acción. Aunque la trama nunca se toma a si
misma completamente en serio, en más de una ocasión intenta ser una película “policiaca”,
con intriga y acción que se siente muy fuera de lugar.
La trama en
si misma me resulta odiosa. Ya saben que una de las cosas que más odio es la típica
comedia de “pareja dispareja”, formula que la película implementa con las
interacciones entre el personaje de Zac Efron y Dwayne Johnson, haciendo que la
historia entre ellos no pueda ser más predecible ni aunque lo intentaran. Lo
que salva estas interacciones es sin duda la comedia entre los personajes. No
creo que la comedia de la película sea capaz de hacer reír constantemente de
principio a fin, pero la cinta tiene momentos que me resultaron genuinamente
graciosos. No todo el humor funciona, pero inventándome números de
absolutamente ningún lado, yo diría que de cada diez chistes que nos cuenta la película,
cuatro de ellos resultan por lo menos moderadamente graciosos.
Tal vez se
deba a mis muy, muy, muy bajas expectativas, pero la película no resulto el
desastre que pensé que sería. La trama es aburrida, los efectos especiales son
horrendos y los actores hacen poco más que posar ante la cámara, aun así y en
contra de lo que se podría pensar, algunos momentos de comedia verdaderamente
divertida evitan que la película sea una total pérdida de tiempo. Aunque no
creo que se convierta en la comedia favorita de alguien, Guardianes de la Bahía resulta una forma relativamente entretenida de
pasar el rato, siempre y cuando sepan que esperar al verla: una comedia con uno
que otro chiste “subido de tono” y con un nada sutil y poco refinado “sex
appeal”.
Guardianes de
la Bahía: 2/5. Meh.
Mejor que:
C.H.I.P.S. Patrulla Motorizada Recargada (2017).
No tan buena
como: Comando Especial (2012), Comando Especial 2 (2014).
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