Ver que un
actor toma prioridad en una película definitivamente no se trata de un fenómeno
nuevo pero eso no significa que sea menos molesto. No estoy en contra de filmes
protagonizados por actores internacionalmente reconocidos (eso no deja de ser parte
del negocio), a lo que me refiero es a cintas cuya primera y última cualidad es
ser protagonizada por alguien famoso, donde el resto del elenco, los mismos
personajes e incluso la propia historia toman un segundo o hasta tercer plano,
todo con tal de promover el nombre de la persona más reconocida en los créditos,
como es el caso en Belleza Inesperada,
que bien se podría llamar Vengan a ver a
Will Smith.
En Belleza Inesperada veremos la difícil lucha
de un hombre por superar la muerte de su hija. Howard Inlet (Will Smith) es un publicista
exitoso cuya vida se viene abajo tras la muerte de su joven hija. Tratando de superar
su pérdida, Howard comienza a escribir cartas a lo que él mismo considera los
elementos más importantes de la existencia humana: Muerte, tiempo y amor. Para
sorpresa de Howard, sus cartas son contestadas de una manera inesperada.
Primero que
nada tengo que advertirles algo, tanto mi descripción anterior como el mismo
trailer de la película son una mentira, desafortunadamente el explicarles por
qué seria arruinar lo poco (muy poco) de detalles destacables de la producción.
Aunque suene completamente contradictorio, esta “publicidad engañosa” resulta
bastante buena ya que el material promocional nos vende una historia y la película
en si nos da una diferente, no totalmente diferente pero por lo menos resulta
un pequeño toque de sorpresa a lo que, de cualquier otra manera, sería una
premisa extraordinariamente aburrida y mojigata sacada de algún libro de superación
personal o algo así, digo, al final la cinta sigue siendo precisamente eso,
pero por lo menos no carece de una que otra sorpresa.
Si Will
Smith es un buen o mal actor es algo que no me interesa discutir, lo que sí es
relevante es que la película, a pesar de contar con un reparto bastante bueno,
no hace absolutamente nada con sus actores. No me malentiendan, no se trata de
que las actuaciones sean malas, simplemente cada actuación se siente bastante
floja, como si los actores no tuviesen demasiado interés en el proyecto y solo
estuvieran dispuesto a llegar al set, decir sus líneas de manera medianamente eficaz
y rápida y salir corriendo a cobrar sus cheques. La excepción a esto es el
propio Will Smith, lo cual es un poco irónico si tomamos en cuenta que su
personaje no es más que el macgufin que echa a andar la trama (googlen el
término “macguffin” si quieren, no es tan difícil de entender).
Para bien o
para mal no puedo dar muchos detalles más sobre la película ya que, como dije,
eso arruinaría las pocas sorpresas que brinda, lo cual no sería tan trágico ya
que, con excepción de un giro que verdaderamente me tomo por sorpresa, cada revelación
de la trama se puede ver a kilómetros de distancia. Los momentos que
supuestamente deberían ser sentimentales terminan sintiéndose emocionalmente
manipuladores más que cualquier otra cosa y si toman en cuenta que estos
momentos forman el 90% de la película, eso no habla muy bien de la cinta en
general. ¿Cuál es el otro 10%? Humor que se siente tan fuera de lugar como un
payaso en un funeral. No llegaría tan lejos como decir que es completamente
aburrida, incompetente u ofensiva, pero definitivamente no es nada que valga la
pena ver en el cine.
Belleza
Inesperada: 2/5. Meh.
Mejor que: Día
de las Madres (2016) Otra película con un buen reparto y que no hace
absolutamente nada con él.
No tan buena
como: En Busca de la Felicidad (2006)
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