Espero no ser
el único con esta opinión (ya que si lo fuera sería una prueba irrefutable de
mi cada vez más decadente estado mental); una de las razones por las que el género
del Thriller es tan atrayente se debe a nuestra fascinación con la mente
criminal que muchas veces es el enfoque de este tipo de cintas. Este interés va
más allá de las típicas cintas Hollywoodenses de siempre, como bien podemos
apreciar en Creepy o Kurpi: Itsuwari no rinji, el filme con
que se inaugura el primer festival de cine japonés de cierta cadena de cines de
cuyo nombre no quiero acordarme.
En Creepy
veremos la historia de un ex-policía y la paranoia en la que vive por culpa de
su extraño nuevo vecino. Debido a un trágico accidente causado por un error de
juicio, Koichi Takakura (Hidetoshi Nishijima) renuncia a su empleo de policía y
se muda a una nueva residencia junto con su esposa Yasuko (Yuko Takeuchi).
Junto a la nueva casa de los Takakura vive el excéntrico Nishino (Teruyuki Kagawa),
quien exhibe un comportamiento sumamente extraño ante sus nuevos vecinos. Koichi
deberá descifrar si el misterioso Nishino verdaderamente esconde un secreto o
si sus sospechas son producto de su propia paranoia y errores del pasado que
siguen atormentándolo.
Hay que ser
justos, la historia no es nada del otro mundo, de hecho parece sacada de algún capítulo
de Mentes Criminales o algún programa
de televisión similar, pero lo que si dista bastante de ser común es la presentación
de la misma historia. La forma en la que se presentan muchas de las escenas
hace honor al título de la película, haciendo que en más de una ocasión la
atmosfera sea sumamente pesada y más similar a una película de terror que a la
de una investigación policiaca, esto a su vez convierte el ritmo del filme en
algo más lento en comparación con otras cintas similares, pero ese tiempo se
aprovecha perfectamente para conocer gradualmente a todos los personajes, los
cuales son otro de los puntos fuertes del filme.
Cada
personaje es mucho más complejo de lo que se deja ver a primera vista. Koichi
Takakura es un hombre estoico, pero eso no significa que carezca de emociones,
lo cual hace bastante interesante ver como al avanzar la trama va perdiendo con más
facilidad el control de esas mismas emociones. Por otro lado, la forma en que se
nos presenta el antagonista también es muy envolvente. El filme constantemente
nos da respuestas a los enigmas que involucran al antagonista, pero cada respuesta
que se nos da viene acompañada de dos preguntas más y este patrón continúa prácticamente
hasta llegar al final de la trama.
Ya mencione
que la historia no es muy espectacular que digamos pero esto casi se ve
resuelto con el desenlace… hasta que se ve opacado por un Deus Ex Machina
bastante débil. La película coquetea con un final muy fuera de lo común, lo
cual haría que la historia pudiera considerarse verdaderamente memorable, pero
lamentablemente (por lo menos para mí) la película decide tomar una ruta mucho
más segura durante los últimos minutos.
Creepy resulta un filme fuera de lo que
tenemos acostumbrado y aunque no rompe precisamente el molde del género del
Thriller sí logra darle una perspectiva diferente, y seamos completamente
honestos, ese punto de vista se da gracias a que se presenta desde un ángulo
oriental que es poco común de experimentar normalmente, cosa que es
precisamente el punto de un festival de cine japonés, o por lo menos eso quiero
creer. Tal vez la trama resulte algo lenta para la mayoría del público, pero
los diversos giros de la trama mantendrán la atención del espectador de
principio a fin.
Creepy: 3/5.
Buena.
Si te gustó,
considera ver: Audition (Odishon) (1999).
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