Cine Barato: Ben-Hur

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author image |agosto 23, 2016

 
No soy un gran fan de los remakes que digamos, por lo menos no en la actualidad. Irónicamente algunas de las mejores películas en el mundo son precisamente remakes. Lo primero en lo que pienso cuando hablo de un remake bien hecho es La Cosa de Oro Mundo de 1982 que fue la reinterpretación de una película de 1951. Y para poner aún más ingredientes a este gran y delicioso sándwich de ironía, la propia Ben-Hur de 1959 que es una de las películas más galardonadas de la historia TAMBIEN se pude catalogar como un remake ya que la misma historia se llevó al cine en dos ocasiones previas, una en 1907 (Sí. ¡Hace más de 100 años!) y otra en 1925. Así que digan lo que digan, “modernizar” una película no es ninguna novedad. Lo que sí se ha vuelto dolorosamente común es tomar una propiedad intelectual famosa y creer que el simple hecho de contar con un nombre conocido es más que suficiente para justificar una nueva interpretación de la historia. Es bajo este modo de pensar que tenemos la versión 2016 de Ben-Hur, que es el ejemplo perfecto de porque el concepto de “remake” se ha convertido casi en una mala palabra.
En Gladiador 2: El Imperio Romano Contraataca, veremos la épica aventura de Judah Ben-Hur y su búsqueda de venganza y redención. Messala (Toby Kebbell) es hermano adoptivo de Ben-Hur (Jack Huston) los cuales a pesar de no tener una relación sanguínea se ven el uno al otro como verdaderos hermanos. Tras varios años de separación ambos hermanos vuelven a encontrarse, pero la feliz reunión dura poco cuando un malentendido obliga a Messala, ahora convertido en un importante oficial del ejército romano, a arrestar a su familia adoptiva y condenar a Ben-Hur a las galeras. Ahora Maximus Ben-Hur deberá hacer todo lo posible por sobrevivir a su cruel destino y así buscar venganza.
Es verdad que, fuera de unos pequeños detalles, la película cuenta exactamente la misma historia que la versión de 1959, pero el tono de ambos filmes no podría ser más distinto. La versión 2016 tiene mucho más cosas en común con cintas como Gladiador, inyectando también muchos elementos de súper producciones cinematográficas modernas, como varias escenas de acción y el uso de mucha animación por computación.
Hablando de cambios intrascendentes pero que no dejan de ser molestos, tenemos la relación entre Ben-Hur y Messala. Puede que el cambio de ser buenos amigos a hermanos adoptivos no parezca la gran cosa, pero para mí eso suena a una forma torpe, fácil, barata y rápida de inyectar dramatismo, sin contar que al mismo tiempo hace que el espectador inevitablemente piense en otras tramas similares, como lo son las diez mil versiones diferentes de la historia de Moises. La relación de hermanos en esta versión se siente sacada de una mala telenovela más que de una historia épica, pero tengo que reconocer que ese cambio también hace un poco más fuerte el mensaje final del filme sobre perdón y redención.
Las actuaciones no son nada del otro mundo, con la excepción de, debatiblemente, el actor más famoso en la producción. Sé que usar su nombre en vano es blasfemia que se penaliza con la muerte, pero la actuación de Morgan Freeman es completamente apagada y aburrida. Parece que el actor se limita a repetir el guion tan desganadamente como le es posible y como punto extra en contra, aunque sé que Freeman es un regalo de Dios al mundo, debemos reconocer que verlo con rastas en el cabello es algo extraordinariamente ridículo.
No puedo negar que mucha de mi antipatía ante esta nueva versión se debe a mis propios prejuicios. Ben-Hur de 1959 puede que sea anticuada a la vista de muchos espectadores modernos y tal vez no ha envejecido con tanta gracia como yo quisiera pensar, pero es indudable que tiene el sabor de una verdadera historia épica mientras que la versión del 2016 tiene más cosas en común con una genérica película de acción moderna, lo cual no es algo malo en sí mismo, pero para mi gusto es perder casi por completo el punto de la historia. La única razón de la existencia de este Ben-Hur es hacer dinero con un nombre conocido, ya que la producción no tiene absolutamente nada nuevo que agregar o decir con esta modernización. Mientras que la versión de 1959 seguirá en los libros de historia del cine como una de las películas más importantes de la industria, la versión 2016 no será más que una ridícula nota a pie de página en ese mismo libro. No es que, como ya me acusaron, crea tener “la verdad universal”, pero este Ben-Hur es una mala película y punto. Díganme de lo que me voy a morir (a estas alturas ya casi estoy acostumbrado) pero las únicas personas que podrían preferir esto sobre la versión anterior son niños con pésimo gusto nacidos durante o después del año 2000.

Ben-Hur: 1/5. Mala.
 
Mejor que: Exodus: Dioses y Reyes (2014).
No tan buena como: Gladiador (2000), Ben-Hur (1959).

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