Tal vez
ahora parezca difícil de creerlo, pero no hace tanto tiempo había dos
subgéneros en el cine que no contaban con mucha popularidad, más que nada por
ll pobre calidad de sus producciones: Las películas basadas en comics y las
basadas en videojuegos. Hoy en día los filmes basados en comics son
(debatiblemente) los más populares en la industria cinematográfica, mientras
que las adaptaciones de videojuegos… bueno, no han salido realmente de la zanja
donde aparecieron por primera vez, pero por lo menos siguen existiendo y
mientras ese sea el caso aún hay esperanza. Es en estas circunstancias en que
se levanta un contendiente para tratar de reivindicar las películas basadas en
videojuegos: Warcraft, que da una
buena batalla pero no logra del todo romper con la maldición, pero de que hace
el intento eso que nadie se atreva a dudarlo.
En el mundo
fantástico de Warcraft veremos el
primer contacto entre humanos y orcos y el inevitable conflicto que se produce
entre ambas razas. La Horda de orcos llega al mundo de Azeroth en busca de un
nuevo hogar, sin embargo la noble y orgullosa Horda será vista como una amenaza
ante los ojos de los siempre prejuiciosos y débiles humanos de la Alianza.
Aunque la guerra entre la honorable Horda y la cobarde Alianza es inevitable,
un peligro aun mayor amenazara con destruir a los dos bandos, lo cual obligara
a ambos contendientes a unirse contra un enemigo común y así tratar de salvar
Azeroth.
Creo que
nadie se sorprenderá cuando les diga que soy fan de World of Warcraft y que durante
un tiempo fui un jugador bastante activo en dicho videojuego, por lo que ver
una adaptación cinematográfica de esta serie es todo un sueño hecho realidad.
La producción ha hecho un excelente trabajo al recrear el mundo virtual de Warcraft en la pantalla grande, poniendo
especial cuidado en elementos como la arquitectura, la geografía y vestuario
del mundo de Azeroth. Cualquiera que esté familiarizado con el mundo virtual de
Warcraft vera una hermosa
representación del mismo en el cine… y eso es solo uno de los muchos, MUCHOS
problemas que tiene la película. Sí, para muchos seguidores de esta franquicia será
todo un placer ver tan bien representada una pequeña parte de la extensa
historia de la franquicia, pero esa apreciación se debe a la familiaridad que
ya se tiene desde antes con Wacraft y
su mundo; para quienes esté sea el primer contacto con el mundo de Azeroth la película
bien podría estar en chino mandarín, ya que lo denso de su mitología hace que
sea muy difícil enganchar a un público “novato”, mostrándoles un mundo de
fantasía épica completamente genérico que tal vez sea agradable a la vista pero
que a fin de cuentas resulta incomprensible.
Esto no
sería un problema si se contara con personajes con los que el público pueda conectarse,
pero lamentablemente ese no es el caso. Se nos presenta una gran cantidad de personajes
pero la película no se toma el tiempo necesario para desarrollar a ninguno de
ellos. Las escenas de acción son visualmente sorprendentes, pero cuando no se
tiene un legítimo interés por los personajes que se ven envueltos en estas épicas
batallas, la acción pierde trascendencia. Imaginen a dos desconocidos peleando
uno contra el otro, la hipotética pelea podría ser visualmente entretenida,
pero no es más que un espectáculo vacío; ahora imaginen a dos amigos suyos peleando
entre sí, el hecho de que conocer a ambos contendientes hace que la pelea cobre
una relevancia totalmente diferente. La acción
en Warcraft es un espectáculo visual
muy bueno, pero carece completamente de profundidad.
El problema
más grande de Warcraft es muy
evidente: trata de establecer demasiadas cosas en una sola película, y en lugar
de contarnos una interesante y sólida historia, la cinta está más preocupada en
establecer tramas para futuras secuelas, con lo que provoca que la supuesta
historia principal se sienta incompleta. Me duele mucho tener que admitirlo,
pero a final de cuentas Warcraft ni
picha ni cacha ni deja batear. También debo reconocer que Warcraft será del deleite de todos aquellos que ya estén familiarizados
con este mundo, lo cual no es nada malo, pero al mismo tiempo la película falla
rotundamente al tratar de llamar la atención de nuevo público. No les voy a
mentir, muy probablemente si yo no fuera fan de la franquicia seria aún más
duro a la hora de juzgar el filme (de hecho creo que le estoy dando un punto de
más en la calificación final), pero debo admitir que pase un muy buen rato
viendo a la poderosa, noble y valiente Horda enfrentarse contra la débil,
lastimera y cobarde Alianza. A fin de cuentas Warcraft es una película hecha por fans para fans, dejando a cualquier
otro tipo de público con un mal sabor de boca.
Warcraft: 2/5. Meh.
Mejor que:
Dungeons & Dragons (2000), Eragon (2006), El Septimo Hijo (2014)
No tan buena
como: La trilogía de El Señor de los Anillos (2001-2003). Tal vez es una comparación
un poco injusta, pero esa trilogía es la vara con la que toda película de fantasía
medieval es medida (para bien o para mal).
P. D: Haz
patria, mata a un Alianza.
Comentarios