Cine Barato: Everest

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author image |septiembre 25, 2015

“La magia del cine” es una frase muye común (y el eslogan de cierta cadena de cinemas), cuyo significado es bastante amplio. El cine puede mostrarnos las maravillas de galaxias muy, muy lejanas, llevarnos a donde ningún otro ser humano ha ido antes, contarnos la historia del niño que sobrevivió y un infinito etcétera.  El cine también es capaz de recordarnos la propia belleza de nuestro mundo real y la gente que camina en él. Everest es un ejemplo de este último caso.

Basada en hechos reales, Everest nos relata la historia de varios alpinistas y su travesía para conquistar la montaña más alta del mundo. Sé que esta es la descripción más vaga sombre la trama de una película que haya hecho hasta la fecha, pero decir más que eso sería echar a perder la historia.

La frase “Basada en un hecho real” siempre hace que dude de las intenciones de la producción que las utiliza. Muchas veces esas cinco palabras son utilizadas para justificar una dramatización de los hechos que puede volverse demasiado fantasiosa o incluso irrespetuosa para las personas a quienes se trata de representar. En otras palabras menos payasas, “basada en un hecho real” a veces es una excusa para echarle mucha crema a sus tacos, pero este no es el caso de Everest. Tanto las situaciones como los personajes son establecidos muy eficaz mente, y aunque sin duda se han tomado algunas libertades en cuanto a los hechos, esto es sólo para hacer aun más emocionante la travesía. A fin de cuentas esto es una dramatización, no un documental.

Cada personaje tiene la ventaja de ser basado en personas reales, y quizá esto sería suficiente para darles el realismo necesario, pero la película no se duerme en sus laureles, y nos presenta a cada uno de ellos de manera más intima, contándonos el modo de pensar y los objetivos de todos los personajes involucrados, todos con motivaciones distintas, pero al mismo tiempo con un solo objetivo en común: Conquistar uno de los lugares más bellos y peligrosos de la Tierra.

Lo que destaca sobre la cinta es su atmosfera, y la ya mencionada “magia del cine”. Sinceramente no tengo idea de hasta qué grado se utilizan efectos especiales o que tanto de la cinta es grabada en la locación real, pero de lo que si estoy seguro es de que el espectador en verdad logra sentirse como un viajero más en esta peligrosa travesía, experimentando el vértigo, maravillándose con la belleza de la montaña y, al mismo tiempo, atemorizado por el gran peligro que el Everest representa. La inmersión llega a ser tal que el espectador casi puede sentir los helados vientos de la montaña en el rostro. Eso o el aire acondicionado de la sala estaba a todo lo que daba, pero de que la inmersión es muy buena, de eso no hay duda.

Si he de encontrar una falla en la cinta (y eso supuestamente es más o menos mi trabajo), diría que el tercer acto se desarrolla de manera muy lenta, por lo menos si lo comparamos con otras producciones cinematográficas, pero aun este supuesto “defecto” se utiliza a favor de la historia, haciendo que la situación sea cada vez más tensa y, hasta cierto punto, extenuante.

Everest es una producción que verdaderamente vale la pena experimentar en el cine, aunque al igual que el escalar la montaña, es una experiencia que tal vez no sea adecuada para todo el mundo. La trama se mueve a un paso lento, y aunque esto se utiliza para ir involucrando poco a poco al espectador, hoy en día con súper producciones llenas de explosiones y efectos especiales, la verdad es que no todo público estará conforme con el ritmo de la cinta. Aun con esto, aquellos valientes que logren completar el viaje, podrán tener una experiencia diferente a lo que nos tiene acostumbrado el cine Hollywoodense en la actualidad. Si les interesa, de verdad tienen que ver la película en la pantalla grande.

Everest: 3/5. Buena.












Esta es la parte en la que hablo de producciones similares, y que tan buena o mala es en la película en comparación, pero en este caso no me siento realmente cómodo haciendo eso, así que simplemente y para tener un punto de referencia, les diré sobre producciones parecidas: La Tormenta Perfecta (2000), ¡Viven! (1993), 127 Horas (2011). 

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